El portavoz del Gobierno de Lakua, Josu Erkoreka, ha afirmado este viernes en Onda Cero que en la última inspección realizada en verano de 2019 por su administración al vertedero de Zaldibar se detectaron simplemente «algunas irregularidades menores».
Ello contrasta con la nota que produjo esa inspección, dado que la instalación pasó a tener la peor nota posible mientras en 2015 tenía la mejor calificación de las cinco que se pueden otorgar. En concreto, entre 2017 y 2019 pasó de la media-alta a la baja.
Las «irregularidades menores» a las que ahora Erkoreka reduce el asunto sí encajarían en la notoria inacción del Gobierno de Lakua, que ni abrió expediente a la empresa (sí lo ha hecho precisamente ahora) ni intervino para reducir un flujo de residuos que iba en constante crecimiento.
Para Erkoreka, las irregularidades que se detectaron, además, «nada tenían que ver con lo que después ha sucedido, con la estabilidad del suelo, el riesgo de deslizamiento de la ladera».
«En la información que consta en los archivos de la Administración y en las actas levantadas por los responsables de la inspección medio ambiental, en ninguna de ellas, consta que hubiera un motivo de preocupación por el estado de la ladera, su estabilidad o riesgos de deslizamientos. Nada de esto consta en los archivos de la Administración», ha insistido.
No obstante, ha añadido, en los primeros requerimientos a la empresa se le ha pedido que «actualice toda la información disponible en relación con el histórico de los movimientos de tierra de los que pueda tener conocimiento».
Según ha explicado, en un encuentro «días después» del siniestro, la empresa se ha mostrado dispuesta a colaborar y a tomar «todas las medidas imprescindibles que vienen exigidas por la ley para impedir que el daño producido empeore aún más, en el sentido de que un eventual cambio de las condiciones meteorológicas pudiera perjudicar más la situación desde el punto del medio ambiente».