La Asamblea de Jovenes Precarizadas ha sacado esta tarde a las calles de Bilbo una reivindicación cada vez más extendida en pueblos y ciudades vascas, pero también en otros puntos del Estado español, la necesidad de poner freno a las casas de apuestas y los salones de juego. Han pedido que queden fuera de barrios como Errekalde, donde hay tres salones de juegos y una casa de apuestas; Irala con dos salones de juegos; o los cinco locales que se concentran en Zabalburu, de donde ha partido la marcha encabezada por una pancarta con el lema 'Nuestra miseria, vuestra riqueza. Apustu etxeak itxi arte?, rubricada por Eragin.
No han pedido que se concedan más licencias, sino que se cierren muchos de los establecimientos abiertos. Además, han aportado un dato «realmente grave» para ellos, que 32 centros escolares del Botxo tienen locales de estas características a menos de 100 metros de distancias.
«No es casualidad»
«No es casualidad que desde el comienzo de la crisis de 2008 las casas de apuestas y los salones de juego hayan aumentado en casi un 50%. No es casualidad que hayan cogido a los más jóvenes como objetivos comerciales. No es casualidad que estas empresas gasten cientos de millones en publicidad, abarcando a la casi totalidad de los equipos de futbol de Primera División. Se están aprovechando de una cada vez peor situación económica de la clase trabajadora y los sectores populares, para meter hasta el fondo el negocio del juego», han insistido desde Eragin.
Han querido dejar claro que el juego no es un simple problema de adicción o de salud. «A través del juego nos quieren vender a la juventud de la clase trabajadora, cada vez en peor situación económica, la falsa ilusión del enriquecimiento rápido a través del juego, para ganar millones con lo poco que tenemos», han advertido. La única solución, han subrayado, es la movilización hasta conseguir que las instituciones se tomen en serio esta problemática.
Por ahora, consideran que las medidas adoptadas son insuficientes «mientras sigamos teniendo en las finales de grandes eventos publicidad de apuestas, mientras tengamos establecimientos a menos de 100 metros de nuestros centros de enseñanza o mientras sigan expoliando a la juventud trabajadora».