La advertencia de la Organización Mundial de la Salud fue ayer transparente: «La OMS, como todos, desea que estas restricciones acaben, pero hacerlo demasiado rápido puede conllevar un resurgimiento mortal».
El mismo día, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, anunció la decisión de mantener el confinamiento total, incluida la actividad económica no esencial, hasta el 3 de marzo. «Los esfuerzos hechos hasta ahora no deben ser en vano», añadió.
Mientras, en el Estado español, miles de trabajadores regresarán el martes a sus puestos de trabajo, una decisión que según señaló el jefe de epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Trilla, el Gobierno de Pedro Sánchez tomó sin consultar al comité de expertos del que Trilla forma parte. De hecho, el propio Trilla ha asegurado estos días que vería «prudente» mantener el confinamiento total más allá del próximo martes.
Italia, una evolución mejor
La evolución del coronavirus en ambos Estados marca unas curvas parecidas, con cierto retraso en el caso del Estado español, donde la expansión comenzó unos días más tarde. Pero cabría destacar que, aunque Italia acumula más fallecidos, la evolución ha sido más mantenida, mientras que en el Estado español la expansión ha sido bastante más violenta.
De hecho, el Estado supera ya a Italia en fallecidos por cada 100.000 habitantes, como puede observase en el gráfico. Sorprende, por tanto, que ambos Gobiernos tomen decisiones tan diferentes respecto a la desescalada.
Otro indicador de la evolución se puede obtener al acumular las cifras de fallecidos cada cuatro días. En el gráfico siguiente se observa que Italia alcanzó el pico de fallecidos entre el 26 y el 29 de marzo, con 3.276 decesos. Desde entonces (12 días) la curva ha bajado hasta los 2.326 muertos registrados entre el 7 y el 10 de abril. Son casi 1.000 menos.
En el Estado español, sin embargo, el pico se dio en el siguiente bloque, entre el 30 de marzo y el 2 de abril, cuando se contaron 3.545 fallecidos. Desde entonces (ocho días) la curva ha bajado, pero menos que en el caso italiano. Entre el 7 y el 10 abril fallecieron 2.740 personas.
El fin de las medidas laborales más estrictas en el Estado español, por lo tanto, no se corresponde con una mejor evolución de la pandemia respecto a Italia, que permanecerá con las fábricas no esenciales vacías y donde el Gobierno sí permite sacar a los menores a la calle una hora al día.