El coronavirus va a marcar durante un tiempo indefinido las relaciones entre las personas y diversos expertos y políticos entienden que cuando acabe el confinamiento actual se van a mantener medidas para garantizar un distanciamiento social que impida una expansión del virus.
Un estudio de los investigadores de Harvard publicado esta semana en la revista ‘Science’ trasmite que «los esfuerzos únicos de distanciamiento social pueden empujar el pico epidémico del SARS-CoV-2 hasta el otoño. Es posible que se requiera un distanciamiento intermitente hasta 2022 a menos que la capacidad de atención crítica se incremente sustancialmente o se disponga de un tratamiento o vacuna».
Los investigadores trasmiten que el virus se extiende mejor con temperaturas bajas en otoño e invierno, aunque reconocen que su análisis viene con una serie de limitaciones. Los modelos de computadora utilizados no tienen en cuenta una serie de factores, como el impacto de la reapertura de las escuelas, las diferencias en la geografía y cómo el virus afecta a diversos grupos de edad, sin mencionar nuestra comprensión incompleta y evolutiva del virus en sí.
«Los autores son conscientes de que el distanciamiento prolongado, incluso si es intermitente, puede tener consecuencias económicas, sociales y educativas profundamente negativas. No tomamos una posición sobre la conveniencia de estos escenarios dada la carga económica que puede imponer el distanciamiento sostenido, pero observamos la carga potencialmente catastrófica sobre el sistema de salud que se predice si el distanciamiento es poco efectivo y/o no se mantiene por mucho tiempo suficiente», escriben los científicos de Harvard.
Este vaticinio encaja con las manifestaciones realizadas esta semana por Sandra Zampa, subsecretaria de Sanidad italiana, que dejó claro que en Italia no se podrán disputar partidos de fútbol con público hasta que se encuentre una vacuna, que los expertos sostienen que no va a aparecer hasta el año que viene.
Estas previsiones invitan a pensar que no solo en las próximas semanas van a estar prohibidas las concentraciones de público. Esa restricción se va a alargar durante meses. Eso pone en cuestión la celebración de todas las fiestas en verano y obligará a disputar a puerta cerrada los partidos de fútbol y otros deportes y a suspender todos los festivales y conciertos que no puedan garantizar que se mantenga un distanciamiento social.