La modificación sobre los requisitos según los cuales se puede acudir a los huertos para el autoconsumo no han ido por el camino esperado, sino que se han endurecido. Hasta este lunes, se podía acudir a recoger alimentos, regar y las labores básicas de mantenimiento de lo ya plantado. Esto es, se mantenía la prohibición para trabajar la tierra para poder sembrar y preparar nuevos cultivos, así como otras labores como podar, etc.
Las nuevas directrices marcan, como norma general, que no se puede acudir a los huertos. Únicamente está exentos de esta prohibición aquellas personas que «en atención a la situación económica del interesado, el consumo del producto resulte imprescindible para atender su subsistencia».
Se añaden, además, otras restricciones suplementarias. La huerta debe de estar en el mismo municipio «o en el inmediatamente limítrofe al lugar de residencia».
El desplazamiento debe ser individual y no se permite interactuar con otras personas que puedan estar desarrollando similares tareas.
Además, el tiempo de permanencia en el huerto ha de ser el mínimo posible y, como máximo, solo se puede ir dos días por semana.
La prohibición es total para huertas ubicadas en segundas residencias o huertas de recreo.
Finalmente, la instrucción recoge que los policías podrán requerir la acreditación pertinente (titularidad o derecho de explotación) a todas las personas que se dirijan a los huertos. Asimismo, podrán recabar información sobre las tareas agrícolas que se piensan realizar.
El endurecimiento de las restricciones coincide con uno de los momentos más importantes para los cultivos hortícolas, pues es momento de siembra de productos como el tomate, el pimiento o las curcubitáceas.
Diversas voces como el sindicato EHNE, grupos ecologistas o la propia presidenta navarra, María Chivite, en la última videoconferencia de presidentes habían solicitado en Nafarroa el relajamiento de las medidas en aras a que se pueda continuar con la actividad hortícola.