Desde el lunes se pone en marcha una iniciativa a la que el Gobierno español concede gran relevancia, pero que vista en perspectiva se queda corta y analizada desde Euskal Herria tiene además otras fallas: es el estudio de seroprevalencia que medirá, no antes de dos meses, cuánta parte de la población ya se ha infectado por Covid-19.
El trabajo, elaborado por el Ministerio de Sanidad, junto al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el Instituto Nacional de Estadística (INE) y con la mera colaboración de las comunidades autónomas, va a analizar a un total de 90.000 personas, tanto niños como adultos, a las cuales se les invitará por teléfono a participar.
El trabajo, al que ha tenido acceso Europa Press, tiene como objetivo estimar la prevalencia de infección del nuevo coronavirus mediante la determinación de anticuerpos frente al virus por comunidades autónomas, provincias, edad y sexo. Además, el estudio, que ha sido aprobado por el Comité de Etica del ISCIII, evaluará cambios en esta prevalencia para monitorizar la evolución de la epidemia, prestando «especial atención» a la aparición de nuevas infecciones derivadas de la transmisión comunitaria.
La muestra total a seleccionar es de 90.000 personas. La mitad (45.000) se asignará de forma uniforme a las 52 provincias, una sexta parte (15.000 personas) se designarán de forma uniforme a las 17 comunidades autónomas y, dentro de ellas, de forma proporcional al tamaño poblacional de sus provincias. Ello provoca que Nafarroa tendrá más test que Bizkaia, pese a acoger bastantes menos habitantes: serán 2.160 y 2.040 para poblaciones de 650.000 y 1,1 millones respectivamente.
En Araba se va a analizar a 1.200 personas y en Gipuzkoa a 1.620. Esto totaliza 7.020. Aunque a nivel estatal se destaca que son muchas, cabe apuntar que el plan elaborado por el infectólogo Oriol Mitjà para Catalunya estima que un estudio de este tipo requerirá allí 44.660 pruebas para ser fiable. Aplicado a Hego Euskal Herria, con una población tres veces menor que la catalana, eso supondría unos 15.000. Es decir, más del doble de los que se harán en esta campaña de Madrid.
A petición telefónica
¿Cómo se hará el estudio? Los hogares seleccionados serán contactados por teléfono en varias ocasiones para informar de los objetivos, solicitar su consentimiento y concertar la visita domiciliaria. Para evaluar un potencial sesgo de selección, se recogerá información sociodemográfica de las personas que declinen participar en el estudio.
A todas las personas que participen, tanto niños como adultos, se va a realizar un test rápido de inmunocromatografía, con el fin de conocer la presencia, o no, de anticuerpos en sangre. El test que se va a utilizar es el 'Orient Gene Covis 19 IgM/IgG', de la empresa Zhejiang Orient Gene Biotech', con marcado CE.
Esta prueba utiliza la inmunocromatografía con oro coloidal en formato 'point-of-care', en muestras de sangre, suero/plasma, detecta tanto IgM como IgG, y ofrece el resultado en 10 minutos. En este sentido, en el documento de trabajo se asegura que hay dos estudios de fiabilidad con este test que muestran cifras de sensibilidad superior al 80 por ciento y de especificidad cercana al 99 por ciento, tanto en suero como en sangre, y tanto si se obtiene por venopunción o por digitopunción.
También se va a realizar, por personal sanitario, un test de medición de anticuerpos en suero, el cual se realizará de forma centralizada en los participantes que acepten la extracción por venopunción de la muestra de sangre. La cuantificación de anticuerpos IgG en suero se realizará mediante un ensayo de inmunoadsorción enzimática.
Por otra parte, en cada domicilio seleccionado, y en cada participante, se va a realizar un cuestionario epidemiológico con el fin de conocer la existencia de un diagnóstico previo del Covid-19, la presencia o antecedentes de síntomas compatibles con esta enfermedad y los principales factores de riesgo conocidos.
Así, se podrá obtener información para caracterizar a los participantes como negativos, asintomáticos o personas con posible afectación, presente o pasada, del Covid-19. Se va a pedir permiso para acceder al historial clínico con el fin de que, en una segunda fase, se pueda incorporar al estudios los datos clínicos de las personas seleccionadas en la muestra.
El cuestionario epidemiológico se realizará a través de una aplicación web que facilite la obtención rápida de información, la cual, incluyendo los datos de los test rápidos, se recogerá directamente en una base central que permitirá el seguimiento instantáneo de la información y, por ende, al Centro estatal de Epidemiología ir haciendo los análisis de la situación con el apoyo del INE, facilitando así a los equipos de campo el seguimiento de las medidas de control en los hogares.
Dos semanas en la primera fase
En una primera ronda, se estima una duración del trabajo de campo de 2 semanas para recoger la información en los 36.000 hogares distribuidos en 1.500 secciones censales. Para garantizar que las secciones censales estén igualmente representadas en ambas semanas, se seleccionarán aleatoriamente 12 hogares de cada sección para ser analizados durante la primera semana, que constituirán la cohorte A (18.000 hogares), y los restantes 12 hogares de cada sección serán analizados la segunda semana, constituyendo la cohorte B (18.000 hogares).
Se estima que serán necesarias al menos tres rondas de seguimiento, separadas entre sí una semana para solventar eventuales problemas logísticos y procesar la información. La cohorte A será siempre visitada la primera semana de cada ronda y la cohorte B la segunda semana.