Naiz - Efe

El confinamiento agrava la ya de por sí tensa situación en los barrios del extrarradio de París

La ‘banlieue’ parisina, núcleo de la pobreza en los suburbios de la capital francesa, cumple este sábado una semana de disturbios esporádicos desatados después de un incidente en Villeneuve la Garenne entre policías y un joven motorista que resulto herido.

Un manifestante lanza un cohete pirotécnico durante las protesta en Villeneuve la Garenne. (GEOFFROY VAN DER HASSELT  / AFP)
Un manifestante lanza un cohete pirotécnico durante las protesta en Villeneuve la Garenne. (GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP)

El desencadenante fue un incidente entre policías y un joven motorista en Villeneuve la Garenne que resultó herido al chocar contra la puerta de un coche patrulla sin identificar que el agente abrió al intentar detenerlo.

El vídeo de ese momento no tardó en circular en las redes y en provocar que en ese municipio y en otros se multiplicaran altercados, al entender que se trata de un episodio de violencia policial.

«La relación entre la policía y la población en esas zonas, en particular con hombres de entre 15 y 40 años, está podrida desde hace mucho tiempo. La llegada de una nueva herramienta de control, como el confinamiento, se ha sumado a esa tensión permanente», explica a Efe el sociólogo Laurent Mucchielli.

El autor de ‘L’invention de la violence’ (La invención de la violencia), director de investigación en el Centro Nacional francés de Investigaciones Científicas (CNRS), apunta que la crisis sanitaria por el coronavirus solo ha exacerbado la fractura social.

«Interpretar esos conflictos como un desafío a la autoridad es un prejuicio de las élites, que miran esos barrios con sospecha y con una mezcla de miedo y desprecio. Olvidan que para ellas es mucho más fácil estar confinado», recalca.

«Pequeños grupos»

El ministro francés del Interior, Christophe Castaner, ha atribuido en parte la situación a «la dureza del confinamiento» para jóvenes procedentes de hogares donde la pobreza «puede provocar la cólera. Son pequeños grupos que piensan que sería divertido atacar a las fuerzas de la policía, quemar papeleras», ha añadido, restándoles contenido político.
 
Para el también sociólogo Sebastien Roché, experto en los disturbios de 2005 y autor de ‘De la police en démocratie≈ (La policía en democracia), este nuevo foco de tensión no es consecuencia de la cuarentena, sino de la forma en la que los agentes actúan en las ‘banlieues’.

«Sus prácticas presentan problemas de igualdad y de derechos desde los años noventa. Hay una relación de hostilidad muy antigua que se transmite tanto en los agentes nuevos que llegan a un barrio pobre, que aprenden a comportarse de forma diferente, como entre adolescentes que todavía no han tenido contacto con la policía», explica.

«Enfoque muy agresivo»

Se recurre a su juicio a un «enfoque muy agresivo» en el control de zonas donde la supervivencia económica se ha visto amenazada por el parón generalizado en la actividad y donde el confinamiento se da en apartamentos pequeños y con mucha gente.

En el otro lado de la balanza, la líder ultraderechista Marine Le Pen defiende la mano dura: «No es momento de buenos sentimientos, de excusas o de políticas catastróficas. Es hora de desarmar a la chusma, de castigarla y neutralizarla», proclamó en Twitter.

El también experto Hughes Lagrange, del Observatorio Sociológico del Cambio de SciencesPo, cree que con el gobierno de Emmanuel Macron esos barrios «siguen estando muy desfavorecidos», y defiende como primera solución, «al menos a corto plazo», una policía de proximidad.

«Un agente que interviene en un sector muy delimitado y que conoce a la gente no necesita sacar su pistola o intentar tirar al suelo a un joven sin casco. Puede ir a buscarlo a su casa más tarde. Eso no cambia todo el problema en la ‘banlieue’, pero sí la manera de gestionarlo», remarca.