Frente a un Primero de Mayo que se presenta «extraordinario», debido a la situación de crisis sanitaria, Pentsionistak Martxan es consciente de que no podrán llevar sus reivindicaciones y solidaridad a las calles. Sin embargo, en una nota, remarcan que la lucha por la salud, salarios y condiciones laborales es «más prioritaria que nunca».
Entienden esa lucha por la salud «dentro y fuera de los centros de trabajo», así como la disputa por unos salarios y condiciones laborales dignas «constituyentes de esa lucha por la supervivencia» histórica del movimiento obrero. Sin embargo, lamentan que «con demasiada frecuencia trabajar pone en riesgo la salud». En ese sentido, han recordado a los dos trabajadores que, más de dos meses y medio después, siguen sepultados en el vertedero de Zaldibar.
«La contaminación del aire que respiramos y del suelo en el que vivimos y sus efectos en el cambio climático muestran que hoy la lucha por la supervivencia es una urgencia para el movimiento sindical y para los movimientos sociales», han añadido. Una lucha que «no es ajena» a la crisis sanitaria creada por el coronavirus. «Ha dejado al descubierto las deficiencias de un sistema de salud, prevención y atención a la dependencia que han sufrido recortes con la excusa de la crisis económica y lo estamos pagando muy caro».
«Una simple cadena de RNA vírica ha puesto en jaque un modelo económico depredador», han señalado. Frente a ello, consideran «prioritario» poner los medios sanitarios y preventivos necesarios para superar la crisis sanitaria. «Ninguna persona debe morir porque los recursos sanitarios y de prevención existentes no llegan a tiempo». Y entienden que «esta es responsabilidad fundamental de los gobiernos».
Confinados pero no callados
El confinamiento dificulta o imposibilita muchas vías de protesta o reivindicación. Sin embargo, Pentsionistak Martxan no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados. «No podemos aceptar que aprovechando la crisis sanitaria los de siempre traten de arreglar sus problemas a costa de recursos públicos y medidas de austeridad. El dinero público no puede ser utilizado una vez más para preservar la cuenta de resultados de bancos y grandes corporaciones. La prioridad hoy tiene que ser rescatar a las personas para garantizarles unas condiciones de vida dignas, impulsar la creación de empleo y de calidad, servicios públicos universales, pensiones y salarios dignos; pensión mínima 1080 euros y SMI 1200 euros y poner la actividad económica al servicio de los intereses comunitarios».
Así, insisten en trabajar para «ampliar nuestra capacidad de movilización y convergencia con el movimiento feminista, juvenil y estudiantil, sindical, de defensa de la tierra y social» y «en cuanto sea posible» volver a llenar las calles.