Pese a este silencio oficial tras la dimisión anunciada casi a medianoche del martes de Jon Sánchez Ibarluzea, hay unos cuantos interrogantes que hacerse, empezando por el más grave:
¿En serio el director de Emergencias de Osakidetza estaba ‘missing’ en plena crisis?
Sánchez Ibarluzea fue sorprendido en Castro Urdiales el 21 de abril, martes. Fue el día en que, por ejemplo, los consejeros Josu Erkoreka y Nekane Murga presentaron el plan de desescalada de Lakua, que tiene como uno de sus principales requisitos la reconversión urgente de Osakidetza para poner a la Atención Primaria en primera línea de la detección de eventuales nuevos brotes. Una labor que entraba de lleno en el cometido de Sánchez Ibarluzea si se atiende a lo dicho al nombrarlo, en diciembre de 2018: «Su objetivo será mantener y mejorar el servicio público, así como reforzar la coordinación con otras comunidades autónomas limítrofes, como ayuntamientos, con otros departamentos del Gobierno Vasco...»
Aparte de esas funciones organizativas, el ámbito de Emergencias de Osakidetza vivió ese martes otra jornada muy intensa, con 21 muertes y casi un millar de personas hospitalizadas por coronavirus. Es inevitable preguntárselo: ¿En serio la ausencia de Sánchez Ibarluzea vulnerando el confinamiento pudo pasar desapercibida? ¿El director de Emergencias de Osakidetza puede estar ‘missing’ en ese momento?
¿En qué órganos de coordinación técnica se le echó en falta?
Según apuntó Sánchez Ibarluzea a los policías locales que lo abordaron en la localidad cántabra, pensaba pasar dos o tres días en Castro. Una de las preguntas trasladadas ayer por NAIZ al Departamento de Nekane Murga –y que ha quedado sin respuesta porque «no hay nada más que decir»– es en qué mesas técnicas de gestión de esta crisis participaba el jefe de Emergencias, y por tanto dónde se le pudo echar en falta.
En las informaciones diarias no consta el dato. Pese a que el cargo le otorga una posición central, de máxima responsabilidad, en una Osakidetza sometida a la mayor presión de su historia, en estos dos meses el dimitido no ha tenido protagonismo público alguno, más allá de acompañar a Iñigo Urkullu en una visita al Centro Coordinador del Consejo Sanitario en Txurdinaga (Bilbo), apenas una semana después de la declaración del estado de alarma.
¿Es cierto que se le iban a hacer PCR sin tener síntomas?
Ante los policías locales, Jon Sánchez justificó su escapada a Castro en que en su entorno laboral habían aparecido casos de coronavirus y se le iban a practicar pruebas PCR en los días siguientes. Sin embargo, en caso de ser cierto no se trata de uno de los supuestos legales que permiten desplazarse entre territorios vulnerando el estado de alarma. Y, más llamativo aún, en esa fecha e incluso hoy día solo se están practicando test de este tipo a personas que manifiestan síntomas o que pertenecen a ciertos colectivos esenciales. ¿Con qué argumento se le iban a hacer al jefe de Emergencias?
¿Por qué no ha sido cesado ni por romper el confinamiento ni por ocultarlo?
Murga admite que conoció esta actuación de Sánchez Ibarluzea hace hoy cuatro días, pero al parecer en ningún momento se planteó su cese a la espera de explicaciones que no hubieran reparado nada en este caso. Así lo señaló la consejera en la rueda de prensa del martes. Josu Erkoreka dijo este miércoles en Euskadi Irratia algo más grave aún por lo que denota de intento de justificación:«Él defiende que estaba legalmente en Castro, es decir, que tenía razones sólidas para salir de casa y hacer ese viaje», a lo que ha añadido que el estado de alarma permite salir a hacer la compra, trabajar o servicios médicos «y otros servicios y funciones similares».
Sigamos con Erkoreka, porque su explicación agrava el asunto. Según su versión, Salud ha zanjado el tema «con rigurosidad» porque «se ha decidido en 48 horas». Sin embargo, de la nota emitida queda claro que no ha sido un cese sino una dimisión. Tras oír a Erkoreka, ¿una dimisión pactada? ¿Cómo puede ocurrir que Sánchez Ibarluzea no fuera despedido fulminantemente por irse a Castro y tampoco por ocultarlo? ¿Y cómo casa esto con que tenía un motivo justificado para hacerlo?
¿Quién es Jon Sánchez Ibarluzea?
Visto el trato del Ejecutivo a una acción cuya gravedad se rebaja al nivel de «no da imagen de ejemplaridad», hay que acabar preguntándose quién es Jon Sánchez Ibarluzea. Aunque en su nombramiento se le intentó dar un barniz técnico, sus diplomaturas se sitúan en terrenos ajenos a lo que se supone a un responsable de Emergencias de Osakidetza: Relaciones Laborales y Magisterio.
Llegó al cargo tras la tercera dimisión desencadenada por el escándalo de la OPE, todavía por esclarecer, aunque el motivo concreto no fue el escándalo ahora judicializado, sino la dimisión de su predecesor, Txema Unanue, que se oponía al plan de Lakua para centralizar todas las emergencias.
En cualquier caso, igual que el nuevo director general de Osakidetza, Juan Luis Diego –gerente de EiTB en la era de Andoni Ortuzar–, también Sánchez Ibarluzea es un hombre de confianza de Sabin Etxea, primero en el Ayuntamiento de Bilbo en el equipo de Gobierno de Iñaki Azkuna y luego en las Juntas Generales de Bizkaia. En Bilbo dejó huella su enfrentamiento con las comparsas en 2004 para impedir que incluyeran menciones a los presos en sus carrozas de carnaval: pasaron diez años hasta que la situación fue reparada.