La ciudad china de Wuhan, donde se detectaron los primeros casos de contagio del coronavirus SARS-CoV-2, ha comenzado a realizar análisis masivos PCR con el objetivo de llegar a toda su población, de 11 millones de personas, después de que el pasado fin de semana se detectara un rebrote en seis residentes de la urbe.

Varios complejos residenciales han comenzado hoy estos análisis después de un censo previo para registrar a quienes viven en ellos.

El diario ‘Global Times’” adelantó el martes que los test se llevarían a cabo en un plazo de diez días, aunque las autoridades no han confirmado el plazo ni los detalles.

La publicación económica ‘Caixin’ afirma que los análisis de ácido nucleico –los que detectan la presencia del virus– a los wuhaneses costarían 1.800 millones de yuanes (234 millones de euros), lo que supone algo más de 21 euros por persona.

Dudas sobre el coste económico

Para una fuente del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China citada por ‘Caixin’, la medida es «más costosa que efectiva, en parte por la baja tasa de infección en China y la fiabilidad de un solo análisis», ya que existen múltiples casos de infectados cuyos resultados fueron negativos en los primeros test.

En ese mismo sentido se ha manifestado el epidemiólogo jefe del mencionado centro, Wu Zunyao, en una entrevista en televisión: «Los análisis a gran escala deberían centrarse en los grupos y las zonas más propensas. No hace falta realizar análisis a todo el mundo».

El subdirector del departamento de biología patogénica de la Universidad de Wuhan, Yang Zhanqiu, recordó que hasta ahora se han realizado pruebas a entre tres y cinco millones de residentes de la séptima ciudad más grande de China, sobre todo a sanitarios y sectores clave.

Yang sostiene que Wuhan es capaz de hacer pruebas a los otros 6 u 8 millones en diez días, entre hoy y el 23 de mayo.

Determinar la situación y evitar rebrotes

Yang cree que lo que busca Wuhan es llevar a cabo una «investigación epidemiológica para determinar la situación actual» del coronavirus en la ciudad, que serviría además para hacer que los residentes sientan más confianza y participen de forma más activa de la vuelta al trabajo y a las escuelas.

El jefe del Partido Comunista chino (PCCh) en la provincia, Wang Zhonglin, subrayó que la mejor manera de proteger la salud de los habitantes de la ciudad es aprender de los casos más recientes para prevenir un rebrote, como se teme en otros países como Corea del Sur o Alemania.

35 días sin contagios hasta el sábado

Hasta el contagio diagnosticado el pasado día 9 de mayo (siguieron otros 5 al día siguiente), Wuhan y la provincia de la que es capital, Hubei, llevaban sin registrar ningún contagio desde el pasado 4 de abril, lo que llevó a esta región a rebajar del primer al segundo nivel su alerta sanitaria a principios de este mes.

Desde el inicio de la pandemia, Wuhan ha detectado 50.339 contagios, entre los que han fallecido 3.869 personas.

Entretanto, la ciudad de Huangzhou, también en Hubei, someterá a todos los estudiantes de último año de enseñanza media y al personal de esas escuelas a análisis de anticuerpos cada dos semanas a partir de la fecha de la reapertura de los centros educativos, a final de mes.

La Comisión Nacional de Salud de China ha informado este miércoles de que quedan 104 infectados activos en el país asiático, de los cuales 10 se encuentran en estado grave.

Problemas en el noreste

Por su parte, la provincia nororiental de Jilin –donde hoy se ha registrado 6 nuevos contagios a nivel local y que acumula una treintena de nuevos casos en la última semana-– ha suspendido todos los servicios ferroviarios (incluido el tránsito) en la ciudad homónima desde hoy y hasta nuevo aviso como medida de prevención.

El teniente de alcalde de Jilin ha anunciado otras restricciones con el objetivo de contener ese brote, ubicado en la cercana localidad de Shulan y que depende administrativamente de ésta.

Tras la provincia de Hubei, el noreste de China ha sido el punto más conflictivo para las autoridades locales, que en las últimas semanas se han visto obligadas a cerrar la frontera con Rusia después de detectar un goteo de ciudadanos chinos infectados procedentes de territorio ruso.

Aunque en un principio este foco se limitó a la provincia de Heilongjiang (donde se llegó a construir otro «hospital exprés» para combatir el brote) en los últimos días han emergido nuevos casos de transmisión local en Jilin y en la vecina provincia de Liaoning.