Pedro Sánchez ha confirmado en su comparecencia semanal de los sábados que para conseguir que el miércoles se apruebe la ampliación del estado de alarma «estamos dialogando con todos los grupos políticos y la voluntad es alcanzar el gran consenso, que formen parte todos los partidos para seguir salvando vidas y con las herramientas que nos da la Constitución».
Ha añadido que el próximo estado de alarma implicará una «desescalada institucional. Estamos en una fase distinta y tenemos que adecuar nuestra arquitectura a esta nueva fase. La única autoridad será el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y decaerán las facultades a los otros departamentos como Interior, Defensa y Transporte y Movilidad. En lo sucesivo el ministro de Sanidad, con los técnicos del departamento, marcará los ritmos de la desescalada como los últimos siete días».
Para intentar lograr el apoyo de los partidos nacionalistas e independentistas al estado de alarma, Pedro Sánchez ha insistido en la «cogobernanza. Las comunidades autónomas que siempre han mantenido su capacidad de gestión irán recuperando su plena capacidad de decisión».
El presidente del Gobierno español ha adelantado que «seguirán limitados algunos derechos como la libertad de circulación con la única finalidad de proteger el derecho a la vida y a la salud pública, pero todos los restantes derechos siguen intactos».
En el turno de preguntas, se le ha pedido concretar en fechas ese deseo de ampliar el estado de ampliar el estado de alarma por un mes, no lo ha hecho y se ha mostrado abierto a negociar un plazo mal visto por partidos políticos que apoyaron la anterior prórroga y que prefieren que se amplíe solo en dos semanas.
«El período de desescalada no es una decisión o un capricho político, sino que está basado en la ciencia. Cada fase exige catorce días porque es el periodo de incubación. Si el Gobierno ve que se puede levantar antes el estado de alarma lo haremos», ha respondido Sánchez.
El turismo y la cuarentena
El presidente del Gobierno español ha recordado que «el turismo representa el 12,3% del PIB y da empleo a 2,6 millones de personas en este sector, que depende de los 80 millones de visitantes que recibimos. España necesita del turismo, pero el turismo necesita de seguridad y de garantías para la salud. Si nos precipitáramos podíamos poner en riesgo el prestigio que ha costado décadas conseguir. Lo mismo con la restauración. Reactivaremos estos sectores paso a paso tratando de evitar las recaídas».
En esa línea, ha señalado que la cuarentena de catorce días a las personas que entren en el estado español «obedece a la necesidad de prudencia y precaución en estas semanas de desescalada en las que las ciudades empiezan a salir del confinamiento y hay que aumentar las precauciones por la libertad de movimientos».
Pedro Sánchez sí se ha mostrado partidario de acordar con otros Estados «una solución común para poder tener turistas extranjeros bajo la certeza de que no suponen contagios para disfrutar de nuestro país».
Se le ha preguntado si puede garantizar que no habrá recortes en los sueldos de los funcionarios o en las pensiones y no ha sido tajante. Ha respondido que «hay incertidumbre sobre cual será la caída de la actividad y las consecuencias en términos de PIB, de déficit y de deuda pública. Esta fase es prematura para elaborar presupuestos, pero el compromiso es no dejar a nadie atrás».
Ha valorado positivamente que el número de contagios haya bajado hasta los 3.200-3.500 con los que se espera acabar esta semana, pero ha señalado que «el virus no se ha ido, su amenaza continúa siendo real y quiero pedir que se sigan a rajatabla las recomendaciones sanitarias. Hay que convivir con el virus y la amenaza sigue porque hay cientos de contagios diarios».