Invitado por la cadena RTL el ministro francés de Educación, Michel Blanquer, ha dado la cifra sobre la incidencia del covid-19 en los establecimientos escolares -40.000 en el Hexágono- que han abierto hasta ahora sus puertas. Se han detectado 70 casos.

Si la semana pasada fueron los menores de 11 años lo que volvieron a las aulas, hoy es el turno de los alumnos de 6º y 5º curso.

El ministro galo se ha referido exclusivamente al impacto de la pandemia en las escuelas de maternal y primaria, las que abrieron primero sus puertas, para acoger a los alumnos de menor edad.

Blanquer reconoce que en la última semana se han producido en ese contexto escolar 70 casos de covid-19. «Esa cifra lo que demuestra es que somos prudentes y también estrictos en la aplicación del protocolo sanitario», ha añadido a continuación.

Las declaraciones del ministro siembran nuevas dudas sobre la conveniencia de su plan de regreso parcial, progresivo y voluntario a las clases presenciales.

En una de las ciudades con mayor índice de pobreza, Roubaix, situada en la región del Norte, una de las más castigadas por la pandemia, siete escuelas han cerrado otra vez sus puertas al haber aparecido casos de covid-19.

Precisamente el diario "Le Monde" publica hoy una información que se detiene en el departamento de Seine-Saint-Denis, en el extrarradio parisino, para remarcar el impacto mucho mayor de la pandemia en barrios obreros.

Con todo, Blanquer ha perseverado hoy en su idea inicial de que «son mucho más graves las consecuencias de no ir a a la escuela».

El ministro de Educación ha asegurado que «son muchos los médicos que nos advierten de que para muchos niños es menos peligroso ir a la escuela que seguir en casa», y ha alertado sobre el hecho de que «los menores pueden ser las víctimas colaterales de las medidas sanitarias», en alusión a las consecuencias, en clave de desigualdad, ligadas al confinamiento.

Desde el 11 de mayo tiene lugar un desconfinamiento escalonado en el Estado francés.