«Para apoyar una recuperación sostenible que restablezca y fortalezca el crecimiento en la UE, Alemania y Francia apoyan la creación de un fondo de estímulo ambicioso, temporal y específico» como parte del próximo presupuesto de la UE «dotado de 500.000 millones de euros», han explicado tras la reunión virtual que han mantenido.
Merkel y Macron proponen que la Comisión Europea financie estos estímulos mediante préstamos de los mercados «en nombre de la UE». Este dinero se transferirá como «gasto presupuestario» a los países europeos y «a los sectores y regiones más afectados», según subraya una declaración conjunta.
La financiación «se centrará en las dificultades vinculadas a la pandemia y sus repercusiones» y el presupuesto se pagará gradualmente durante varios años.
No se trata de los famosos «eurobonos», de la deuda mutualizada directamente entre los estados europeos, que fueron reclamados por Italia y rechazados por los países del norte y Berlín. Este plan, si fuera adoptado por los 27 países de la Unión Europea, se acercaría a este modelo, según han explicado los máximos mandatarios del Estado francés y Alemania.
Así, el jefe de Estado francés ha subrayado que es «un paso importante» en la historia europea de estos préstamos europeos. Ha añadido que «no serán préstamos sino donaciones directas» a los países más afectados.
Este plan de estímulo, que se agregaría al programa de emergencia ya decidido ante el covid-19 por los ministros de Finanzas de la zona del euro y compuesto en particular por la capacidad de préstamo, se queda lejos del plan de alrededor de 1,5 billones que planteaba la Comisión Europea, pero París y Berlín proponen que sea dirigido a las capitales a través de transferencias directas y no incluya préstamos a devolver, algo que sí contempla Bruselas.