El Consejo Científico emitió, el martes, el informe al que esperaba el Gobierno del primer ministro francés, Edouard Philippe, para tomar una decisión sobre la fecha más conveniente para celebrar la segunda vuelta electoral de los comicios municipales que quedó pendiente por la irrupción de la pandemia. Ello tras la celebración de una primera vuelta electoral, en condiciones manifiestas de riesgo, el pasado 15 de marzo.
Sin embargo, ese informe, aun sin poner impedimentos a la celebración de la segunda vuelta antes de verano, fijó un buen número de condiciones y reservas –la principal, volver a evaluar la situación sanitaria quince días antes de la votación–, con lo que no despejó del todo el camino al plan gubernamental de poner las urnas a finales de junio.
Tras los contactos telemáticos que mantuvo en la tarde-noche del martes Emmanuel Macron con alcaldes y presidentes regionales, la fecha del 28 de junio volvió a coger fuerza.
Sin embargo, las declaraciones discordantes tanto en el seno de la mayoría presidencial como por parte de las otras formaciones políticas volvió a enfriar un tanto el ambiente, a las puertas de la reunión vespertina entre el Gobierno y los líderes de los principales partidos políticos en el Palacio de Matignon. Hasta el punto de que colaboradores de Edouard Philippe daban por hecho que la decisión final no contará con el ansiado consenso político.
Según revelaban varios participantes en el encuentro de la tarde, el primer ministro descartó setiembre muy claramente, y planteó dos únicas opciones: o que los comicios sean en junio o que no se celebren hasta enero.
Philippe argumentó que sería complicada una campaña con el comienzo del año escolar, mientras que en octubre sería imposible interrumpir la sesión de debates sobre El presupuesto en el Parlamento.
Los medios hexagonales interpretan esa posición como el reconocimiento explícito de que Macron hará todo lo posible para poner las urnas en junio, ya que los grandes electos municipales concernidos por esa segunda vuelta ya han aclarado que no se sienten legitimados para abordar las difíciles secuelas que dejará la crisis del Covid19 sin un mandato democrático claro.
Plenos en marcha
En las 30.000 localidades del Estado francés (85% del total) en que la primera vuelta del 15 de marzo bastó para elegir a la nueva Corporación la suspensión del proceso electoral abocó a la prolongación del mandato de los alcaldes salientes.
Esa situación inédita quedó solventada, vía decreto, con la proclamación de los cargos electos, el pasado lunes, 18 de mayo.
A partir del próximo sábado empezarán a celebrarse los plenos de constitución de esos consistorios y se espera que para el 28 entren en funciones todas las corporaciones.
Así ocurrirá en el caso de los 142 ayuntamientos de Zuberoa, Nafarroa Behera y Lapurdi elegidos en primera vuelta. Ya para el mismo sábado se han fijado los primeros plenos en municipios como Angelu, Milafranga, Luhuso o Kanbo.
El horizonte es todavía incierto en el caso de los 18 consistorios vascos restantes, pendientes de que París fije la fecha de la jornada electoral que decidirá el gobierno municipal de dos capitales –Maule y Baiona– y de localidades con un peso demográfico relevante como son Biarritz, Ziburu, Uztaritze, Hendaia, Urruña o Bokale.
Todo apunta a que el Puente de la Ascensión, que arranca este jueves, marcará un punto y seguido en las consultas y deliberaciones a cargo del Ejecutivo, antes de formalizar una decisión, en los próximos días, con el plazo límite del 29 de mayo marcado en el calendario.