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Al Qaeda reconoce la muerte de su líder en el Magreb en un ataque aéreo francés en Mali

Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) ha reconocido la muerte de su máximo dirigente, Abdelmalek Droukdal, en un bombardeo aéreo del Ejército francés en el norte de Mali, que París anunció el pasado 5 de junio.

Imagen de archivo de Abdelmalek Droukdel (AFP)
Imagen de archivo de Abdelmalek Droukdel (AFP)

La organización Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) ha reconocido que su máximo dirigente Abdelmalek Droukdal murió en un bombardeo aéreo francés en el norte de Mali.

En una grabación emitida este sábado por la agencia de AQMI Al Andalus en su cuenta en Telegram, el portavoz de esa organización Abu Abdellah Ahmed ha reconocido la muerte de Droukdal, después de veintisiete años de actividad yihadista.

El pasado día 5, la ministra de Defensa francesa, Florence Parly, anunció que militares de ese país, apoyados por sus socios africanos, mataron a Droukdal y a varios de sus colaboradores, una noticia que AQMI ha tardado quince días en confirmar.

En la grabación, AQMI ha recalcado que la actividad de sus combatientes continuará «hasta que salga el último soldado francés de África musulmana».

Asimismo, ha pedido a los gobiernos de los estados «traidores» en la región que se deshagan de la dominación francesa e instó a los jóvenes en los países del norte de África a adoptar la historia de vida de Droukdal como ejemplo para sumarse a la yihad.

La organización ha recordado que el líder ahora muerto se sumó a la yihad en Argelia en 1993 para combatir al Estado, tras la anulación el año anterior de las elecciones legislativas en ese país, cuya primera vuelta registró una victoria abrumadora del Frente Islámico de Salvación (FIS).

Fue el primer «emir» de AQMI después de la fusión con Al Qaeda, en 2006, del Grupo argelino Salafista para la Predicación y el Combate, que lideraba. Estaba considerado como el «tercer adjunto» del líder supremo de Al-Qaeda, Ayman Zawahiri.

El Ejército francés relató el pasado 11 de junio la operación llevada a cabo en una llanura salpicada de rocas en medio del desierto, con fuerzas especiales, drones y helicópteros de combate, y la intervención de quince militares sobre el terreno para un asalto que comenzó a plena luz del día pero que se prolongó hasta la noche. Afirmó que la captura de Droukdal no fue posible.