Javier Esparza ha sido reelegido como presidente de UPN en el XII Congreso que celebraba este domingo el partido regionalista en el Baluarte. Acompañan al de Agoitz en la dirección del partido los otros dos integrantes de su candidatura: Enrique Maya, alcalde de Iruñea, como vicepresidente de UPN, y Yolanda Ibáñez, parlamentaria foral, como secretaria general, puesto en el que ha sido reelegida.
Asimismo, en el congreso se han aprobado las ponencias, actividades, cuentas y presupuesto del partido, así como a los 75 integrantes del Consejo Político, máximo órgano de representación entre consejos.
Esparza y Sayas eran los dos candidatos a dirigir el partido, que tuvo que aplazar el congreso, previsto inicialmente para marzo, debido a la crisis provocada por el Covid-19.
Precisamente, debido a la situación sanitaria y con el fin de evitar aglomeraciones, se han establecido puntos de votación en Iruñea (Baluarte), Tutera, Lizarra, Tafalla, Kaseda y Elizondo.
Anticipar qué puede suceder en la cita del Baluarte resultaba complicado, especialmente en un partido como UPN, en el que no hay compromisarios ni delegados, en el que toda la afiliación tiene derecho a voto para elegir directamente a su dirección. Y así ha sido hasta el recuento de votos que ha dado vencedor a Esparza, una hora más tarde de lo anunciado.
Una pugna sin diferencias ideológicas
«Estoy muy contento en lo personal, era una especie de reválida, de examen; cuatro años complejos, intensos, duros, y donde siempre hemos buscado lo mejor para UPN y para Navarra. UPN es un partido más fuerte», ha remarcado Esparza.
«Comenzamos una nueva etapa donde vamos a reorganizar UPN, con tranquilidad vamos a tomar decisiones», ha dicho respecto a la estructura regionalista. Precisamente, la gestión y la reestructuración de la dirección eran las diferencias más siginificativas en una pugna sin apenas diferencias ideológicas. El debate entorno a la perdurabilidad de Navarra Suma era quizá otro de los debates más jugosos de la jornada, pero no ha habido referencia alguna hacia la coalición por parte de los dos candidatos.
Mientras que Esparza deseaba una ejecutiva fuerte, en la que dos pesos pesados como Alejandro Toquero y el propio Maya darán un paso al frente, Sayas apostaba por reforzar un partido que siempre se había construido de abajo arriba, desde los comités locales, los afiliados y los grupos municipales y no desde la direccion central.
Sus palabras antes de aceptar el resultado iban por ese camino: «Hay que recuperar UPN desde la esencia, el partido ha estado más dirigido desde su sede central que a pie de calle». Contaba para ello con viejas espadas del Gobierno de Barcina como Lourdes Goicoechea y Maribel García Malo, además de apoyos jóvenes como Amaya Larraya y María Lecumberri, alcaldesas del Valle de Egües y Barañain.
Con un respaldo superior al 40% de la afiliación, el buñuelero ha señalado que el desenlace de este Congreso «es un mensaje de que hay cosas en UPN que deben cambiar y de que hay mucha gente que quiere que cambien». La afiliación «nos ha pedido más diálogo, más acuerdo, más entendimiento», ha dicho Sayas, quien ha ofrecido su «mano tendida para hacer UPN entre todos».