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Un yihadista maliense, ante la CPI por crímenes de guerra y por destruir Tombuctú

Desde hoy se sienta en el banquillo de la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya un yihadista maliense acusado de demoler los legendarios mausoleos de Tombuctú, de crímenes de guerra y de crímenes de lesa humanidad, así como de violaciones y esclavitud sexual en el contexto de matrimonios forzados.

El yihadista maliense Al-Hassan Ag Abdoul Aziz Ag Mohamed Ag Mahmoud, ante la CPI de La Haya hace un año. (AFP
El yihadista maliense Al-Hassan Ag Abdoul Aziz Ag Mohamed Ag Mahmoud, ante la CPI de La Haya hace un año. (AFP

Al-Hassan Ag Abdoul Aziz Ag Mohamed Ag Mahmoud, miembro del grupo yihadista Ansar Dine de 42 años, es acusado de haber contribuido en 2012 y 2013, cuando era jefe de la Policía Islámica, a la demolición del patrimonio la legendaria ciudad de Tombuctú, en el noroeste de Mali, así como de torturas, violaciones y esclavitud sexual. Las autoridades malienses lo entregaron en abril de 2018 a la CPI, con sede en La Haya.

El juicio ha comenzado hoy con las declaraciones de la acusación, que en vistas previas ha afirmado que Al-Hassan desempeñó un papel determinante en el «calvario» sufrido por los habitantes de Tombuctú cuando estuvo bajo el control de los yihadistas. La defensa y los representantes legales de las víctimas declararán otro día, una vez que se hayan presentado las pruebas a los jueces, ha precisado la CPI.

En un veredicto histórico, el tribunal condenó en 2016 otro miembro de Ansar Dine, el yihadista Ahmad al-Faqi al-Mahdi a nueve años de prisión por haber participado en 2012 en la demolición de mausoleos protegidos en Tombuctú, incluidos por la Unesco en la lista del patrimonio mundial de la humanidad.

«A través del terror»

Se considera al acusado miembro de Ansar Dine, uno de los grupos yihadistas armados que tomaron el control de la región del norte de Mali en 2012, y comisario de la Policía Islámica en Tombuctú.

Estos grupos «impusieron su visión de la religión, a través del terror, a una población local que no comulgaba con ella», según consta en la orden de detención.

Tombuctú fue fundada entre los siglos V y XII por tribus tuaregs y es conocida como «la ciudad de los 333 santos» por el número de sabios musulmanes enterrados en ella.

Según la CPI, Al-Hassan dirigía a unos 40 policías islámicos. Las infracciones a las leyes islámicas, según ellos las concebían, se castigaron con flagelaciones y torturas.

Los habitantes vivieron un «calvario impuesto por un régimen tiránico», declaró el año pasado la fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, que recalca que el acusado participó en algunos de aquellos castigos.