La Audiencia Nacional española ha absuelto a los expresos Antton López Ruiz y José Miguel Latasa, que fueron juzgados la semana pasada acusados de ser los autores del atentado cometido por ETA en la madrugada del 26 de julio de 1986 contra el cuartel de Aretxabaleta, que mató a dos guardias civiles.
La Fiscalía solicitaba 66 años de prisión para cada uno de ellos. En la vista oral tanto López Ruiz como Latasa negaron tajantemente su participación. Cabe recordar que anteriormente pasaron 26 años en prisión, hasta su excarcelación en 2013.
El tribunal acepta que la única prueba de cargo contra ellos es la aparición de sus huellas en unos tubos de PVC empleados como lanzagranadas en el atentado, pero no existe «ningún otro indicio, ni menos aún prueba directa» de que hicieran algo más que manipularlos.
La Audiencia sostiene que resulta «extraño» que si hubieran participado en aquella acción no se encontrasen más huellas suyas en unos artefactos que aparecieron intactos y recuerda que López Ruiz y Latasa ya fueron condenados por participar en la misma noche del 25 de julio de 1986 en otro atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Ordizia. En la vista oral, López Ruiz asumió su participación en el ataque de Ordizia, por el que ya pagó cárcel.
Para el tribunal especial «no parece racional que los mismos sujetos» que cometieron la acción de Ordizia, «en vez de procurarse refugio para evitar ser detenidos se dedicasen a elaborar un nuevo atentado». Por ello cree que fue obra de otros miembros de ETA y añade que «el hecho de que se empleen materiales y sistemas similares en uno y otro atentado no implica que hayan sido los mismos autores los que los ejecutaron ya que los tubos PVC son los que habitualmente utilizaba la organización terrorista para el lanzamiento de granadas».
En el juicio, el expreso de Elorrio respondió tanto a la Fiscalía como a las acusaciones que representan a las víctimas, como una muestra de «respeto» hacia ellas y también de «coherencia» con las decisiones de la izquierda abertzale.