La investigación puesta en marcha por EH Bildu en torno a la pasante del Metro de Donostia, después de su paralización y el anuncio de una nueva licitación costosísima del tramo más conflictivo, apunta a que el sobrecoste acabará rondando los 50 millones de euros. Es decir, casi el 100% del proyecto, adjudicado en su día por 53,2 millones a la UTE Sacyr-Cavosa-Campezo-Mariezcurrena-Zubieder.
Con todo, el estudio tiene aún conclusiones tanto o más elocuentes, como que no es cierto que se llevaran a cabo 105 sondeos previos, cuestión en la que ha incidido el consejero Iñaki Arriola para sustentar la tesis de que los problemas actuales no eran posibles de detectar.
Tras revisarlo, EH Bildu constata que en realidad «muchos son sondeos relacionados con trabajos previos, de otras obras (mercado de San Martín, parking de la Plaza Cervantes...)», hasta el punto de que «solo siete son nuevos, de 2016». Y añade que dos sondeos realizados en 2012 ya referían que era un terreno «con poco roca» o de «gran fragilidad».
Sondeos de 1993
A la misma hora que en Donostia se presentaba el informe, este viernes en el Parlamento de Gasteiz Unai Fernández de Betoño interpelaba a Arriola sobre esta cuestión, añadiendo algunos datos más.
Varios de esos sondeos son de 1993, «¡faltaban aún once años para que surgiera la promotora ETS!», espetó Fernández de Betoño al consejero.
De los siete que sí son expresos para este proyecto, únicamente uno atañe a la perforación de La Concha y dos a Easo. E incluso en esos casos, siguió el parlamentario de EH Bildu, resultaban inútiles porque no tenían la profundidad adecuada: «El sondeo de La Concha solo alcanzó 23 metros cuando el túnel tiene una profundidad de 35, y los de Easo bajaron 15 metros cuanto el túnel está a 26».
El documento técnico, oculto
El estudio se basa en revisión de informes y en reuniones con expertos, agentes sociales, representantes de trabajadores... Pese a ello, EH Bildu asume que le falta documentación esencial, y especialmente «el documento que recoge las razones técnicas para la rescisión del contrato. No se entiende por qué no se ha hecho público», indica, incidiendo en el «oscurantismo» en torno a la obra.
«Ni han contado lo que realmente sabían, ni lo que estaba ocurriendo bajo tierra, ni tampoco lo que estaba ocurriendo en oscuros despachos público-privados», añade EH Bildu en sus conclusiones.
Cita como pruebas añadidas que a día de hoy se sabe que «no se estaba trabajando en el túnel desde principios de junio», aunque los concejales de PNV y PSE hayan sostenido lo contrario desde entonces. Y también hay certeza de que «sabían hace muchos meses que la obra iba a tener que pararse cuando se llegara a las inmediaciones de la obra. Al menos desde que comenzaron la nueva campaña de sondeos de finales de 2019. Y no es descartable que lo supieran incluso antes del inicio de la obra», asevera.