Pablo González (Efe)
Erevan
Elkarrizketa
Nikol Pashinian
Primer ministro de Armenia

«Sin Turquía no habría guerra en Nagorno Karabaj»

«Sin Turquía no habría guerra» entre Armenia y Azerbaiyán en Nagorno Karabaj, afirma el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, en una entrevista en la que considera que ahora mismo no se dan las condiciones para un arreglo diplomático, porque Bakú apuesta solo por una solución militar.

Nikol Pashinian, primer ministro de Armenia. (AFP)
Nikol Pashinian, primer ministro de Armenia. (AFP)

En el salón verde de la sede del Gobierno, Pashinian (Idzhevan, 1975) responde con un rostro muy serio a las preguntas que el periodista Pablo González le realiza para la agencia Efe sobre el conflicto armado en el enclave separatista que estalló el pasado 27 de setiembre y que se ha cobrado la vida de centenares de civiles y militares. Es la primera guerra a la que se enfrenta en el Karabaj desde que asumiera en 2018 las riendas de Armenia.

Usted ha reconocido recientemente que la situación en el frente es difícil. Y Azerbaiyán anuncia casi todos los días que su Ejército está ganando control sobre nuevos territorios. ¿Qué tiene que decir al respecto?
Es importante entender que la situación en el frente es bastante compleja. La gente de Nagorno Karabaj se defiende con todos los medios a su alcance y los armenios, utilizando todos los medios disponibles, les apoyan.

Ha dicho siempre que no hay alternativa a una solución pacífica al conflicto. Ahora sin embargo afirma que en estos momentos no ve una solución diplomática al problema del Karabaj. ¿Qué ha cambiado?
Nada ha cambiado en mi postura. Siempre hemos dicho, y seguimos diciendo, que la cuestión de Nagorno Karabaj debe ser resuelta únicamente por medios pacíficos. Dije otra cosa y es que Armenia siempre ha estado y está lista –y el Karabaj también lo está– para una solución pacífica, diplomática. Pero tenemos una dificultad y es que el compromiso que acepta Armenia ya no es aceptado por Azerbaiyán. Hay una necesidad de compromiso para que las partes flexibilicen su postura. Eso no es nada nuevo.

Está probado con hechos concretos que, cuando en 2011 Armenia baja un poco su listón inicial y busca compromisos, a partir de ese momento Azerbaiyán no está de acuerdo y exige más. Y en paralelo se ejerce una presión militar. Es en este contexto que dije que, en realidad, un arreglo diplomático no es viable en estas condiciones, porque la otra parte no lo quiere. La otra parte quiere una solución militar. Tenemos que centrarnos más en los objetivos militares para poder alcanzar un arreglo diplomático. Esa es la cuestión.

Azerbaiyán tiene un gran aliado en esta guerra, Turquía. ¿Qué hay de Armenia? Rusia tiene un acuerdo de seguridad con Armenia.
Rusia es el socio estratégico de Armenia y en este sentido percibimos su apoyo. Pero Rusia también es uno de los copresidentes del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y su misión es ser un mediador en torno al problema de Nagorno Karabaj, un mediador entre Armenia, Nagorno Karabaj y Azerbaiyán. Y sus posturas y sus decisiones encajan en este marco. Sentimos el apoyo de Rusia como socio estratégico de Armenia y sus esfuerzos mediadores. Vemos los esfuerzos para crear estabilidad en la región y lograr una solución pacífica.

Lamentablemente, estos esfuerzos aún no producen resultados. Por la simple razón de que Azerbaiyán no respeta sus compromisos, principalmente los que figuran en la declaración de Moscú (del 10 de octubre sobre un alto el fuego) y es obvio que no lo hace por la incitación y la postura de Turquía. Turquía dice siempre que Azerbaiyán no debe cesar los combates y debe optar por la solución militar. Azerbaiyán en lugar de centrarse en sus compromisos se centra más en las declaraciones de Turquía. Y esa es una de las razones por las que Azerbaiyán utiliza las negociaciones diplomáticas para debilitar el estado de alerta por parte armenia en el Karabaj.

¿Quién cree usted debe o puede frenar el derramamiento de sangre en Nagorno Karabaj?
Existe un formato de conversaciones que son los copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE, formado por Rusia, Francia y EEUU. La respuesta a su pregunta debe hacerse en este contexto. Por supuesto Rusia tiene más lazos con la región. Rusia tiene una mayor influencia, un mayor peso y más posibilidades. Así que creo que los otros copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE deberían apoyar y alentar a Rusia a la hora de desempeñar ese papel.

¿Bajo qué condiciones está dispuesta Armenia a reconocer la independencia de Nagorno Karabaj? ¿Lo haría sin el respaldo de la comunidad internacional?
Por supuesto, Armenia puede tomar esta decisión en cualquier momento. Pero sería mucho más significativa si Armenia no actuara de manera independiente, sino como miembro de la comunidad internacional, como un participante en un proceso continuo. Y ahora vemos que ha empezado en todo el mundo, también con el apoyo de la diáspora armenia, un movimiento a favor del reconocimiento internacional de Artsaj (nombre armenio de Nagorno Karabaj).

Pero quisiera subrayar que ese reconocimiento no está relacionado con el separatismo. En Nagorno Karabaj –y eso es cómo el movimiento karabají empezó–, los armenios afrontan una amenaza existencial. Por ello enfatizamos en el principio de la secesión correctiva. La gente no quiere la independencia porque sí o por un capricho, sino porque es una necesidad vital. Porque lo que está ocurriendo ahora, lo que ha pasado ya en Nagorno Karabaj, es principalmente un proceso de genocidio. Y esa es un importante matiz a tener en cuenta.

Acabo de volver de Nagorno Karabaj, donde uno de los mayores miedos de los karabajíes es el genocidio. ¿Cree que la comunidad internacional es consciente de ello?
Nosotros utilizamos todos los medios para hablar de este problema. En decenas de ciudades del mundo hay manifestaciones, mítines, protestas que alzan su voz. La comunidad internacional debe saber que existe realmente una grave amenaza y esa amenaza es grave no solo en el contexto de Nagorno Karabaj, sino también en términos geopolíticos, porque esto es un intento de continuar, a través del genocidio, las políticas imperialistas de Turquía.

Y esta amenaza no solo se cierne sobre Nagorno Karabaj, sino también sobre todos los armenios en el Cáucaso sur. Porque son el último obstáculo en el camino de Turquía hacia las continuas políticas imperialistas hacia el norte, el este y el sureste. Y esto debe verse en el contexto de las políticas que Turquía lleva a cabo en el Mediterráneo contra Grecia y Chipre o en Siria, Irak y Libia.

Tenemos que reconocer también que sin Turquía esta guerra no habría ocurrido. Porque en primer lugar el Ejército turco está participando extraoficialmente del lado de Azerbaiyán. Están involucrados en este proceso. Sus drones Bayraktar están siendo utilizados y Turquía es la que ha reclutado a mercenarios y terroristas, y los ha transportado a Azerbaiyán para lanzar el ataque contra Nagorno Karabaj.

¿Existe una amenaza real para la comunidad internacional por esos grupos que supuestamente están en el Karabaj?
Es un hecho probado ahora que están siendo utilizados allí. Hemos publicado oficialmente materiales y hay otros materiales en internet que lo demuestran inequívocamente.

Ahora mismo su ministro de Asuntos Exteriores está volando a Washington para mantener reuniones. ¿Qué espera usted de las conversaciones con EEUU?
La visita estaba planificada hace mucho tiempo. Y, como declaré, EEUU es uno de los copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE y los copresidentes son el formato en el que el conflicto de Nagorno Karabaj debe resolverse. Y creo que los copresidentes deben hacer un mayor esfuerzo para llevar a Azerbaiyán a un terreno constructivo.

Si no se frena la guerra ahora en los contactos diplomáticos, ¿existe un peligro real que el conflicto se convierta en uno que involucre a más actores regionales?
Esta amenaza existía desde el primer día y sigue existiendo. Hasta que no pare la guerra, esta amenaza persistirá.

¿Por qué no hay medidas diplomáticas más activas por parte de Rusia y de la Unión Europea?
Como indiqué, hay una razón y esa es que Azerbaiyán ha decidido no detener la guerra pese a sus propios compromisos. Y como dije, la razón es la postura destructiva y agresiva de Turquía. Para parar la guerra la comunidad internacional debe condenar claramente la participación de Turquía y de terroristas en este proceso, y tomar medidas concretas, incluidas sanciones, para contener la agresividad de Turquía y de Azerbaiyán. Y los copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE deben realizar un esfuerzo más activo y práctico.