No son nombres cualesquiera los de los cuatro detenidos hoy en Catalunya, en la redada de la Guardia Civil. Quizá no suenen demasiado en Euskal Herria, pero se trata de personas de sobra conocidas en la política catalana. Xavier Vendrell y David Madí, sin ir más lejos, son figuras destacadas del entorno de ERC y de la antigua Convergència, respectivamente. Aunque retirados de la primera fila política, siguen siendo pesos pesados entre las bambalinas del independentismo.
Vendrell fue consejero de Governació en el Tripartit, y forma parte de aquella generación que dio el paso desde Terra Lliure y el MDT a una Esquerra Republicana que abrazó el independentismo de la mano de Àngel Colom, primero, y Josep-Lluís Carod-Rovira después.
Madí ha sido el cerebro en la sombra de numerosas campañas de Convergencia desde los tiempos del Tripartit. Era miembro del llamado “pinyol” de la CDC de Artur Mas, junto a Francesc Homs y Oriol Pujol, llamado en su día a heredar el partido que dirigió durante décadas su padre. Fogueado también en la Crida a la Solidaritat, forma parte de la generación que ha llevado al espacio convergente de las tesis autonomistas a las independentistas.
Los últimos años ha hecho carrera en la empresa privada –Endesa, Telefónica, Deloitte, etc.–, pero su nombre, igual que el de Vendrell, siempre ha ido saliendo en diferentes informaciones acerca de las bambalinas del Procés.
De hecho, el libro “Tota la veritat”, escrito por seis periodistas catalanes de distintos medios –probablemente la crónica más detallada del otoño de 2017–, sitúa a Vendrell y Madí como piezas fundamentales en el camino hacia el referéndum del 1-O. También en la tarea de limar asperezas entre los espacios convergente y republicano, lo cual no deja de ser una paradoja, dado que Madí fue el gran azote del Tripartit cuando Vendrell formaba parte de él.
En las crónicas de ese camino hacia el 1-O aparece también el nombre de Oriol Soler, una de las personas del grupo de confianza en el que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se apoyaron para la convocatoria del referéndum –“Estado Mayor”, lo llamaron en la prensa–. Soler es un editor, impulsor en su día del diario “Ara” y jefe de campaña de la candidatura Junts el Sí, que unió a CDC y a ERC en las elecciones plebiscitarias de 2015.
El nombre de Soler ha aparecido también reiteradamente en medios españoles –incluida la portada de "El País"– como uno de los grandes ideólogos del 1-O.
El nombre de Josep Alay empezó a salir más tarde en las crónicas periodísticas, a menudo alimentadas desde comisarías y brigadas de información. Es profesor de historia, jefe de la oficina de Puigdemont en Bélgica y una de las personas que acompañaba al president exiliado cuando fue detenido en Alemania, algo que ya le valió una querella de la Fiscalía.