El segundo monográfico de Behatokia, presentado este jueves en Bilbo, es un informe sobre la situación en módulos de aislamiento, el régimen cerrado y las dificultades que plantea a las personas presas en esos regímenes de vida para avanzar en las vías de la legalidad penitenciaria hacia la progresión de grado. Lo han dado a conocer Teresa Toda, Aitzol Asla y Agus Hernán.

El informe recuerda que a principios de octubre 20 personas -19 hombres y una mujer- se encontraban cumpliendo condena en módulos de aislamiento. Estaban en las cárceles de Córdoba (3), Sevilla II (7), Huelva (6) Estremera (2) y Soto del Real (2). si bien matiza que entre el 18 y 20 de ese mismo mes los presos de Córdoba y Estremera han sido sacados de esos módulos. 

El Foro Social recuerda que pese a que los módulos de aislamiento han sido diseñados para el cumplimiento de sanciones de aislamiento por un máximo de 14 días, la mayoría de estas personas llevan más de 10 años en ellos y algunas pasan más de 20. «Las condiciones de vida en dichos módulos están planteadas como castigo; son, por tanto, muy duras y restrictivas», añade el estudio.

Behatokia fue presentada a finales de junio, con el objetivo dar a conocer circunstancias y/o hechos concretos que ocurran en determinadas prisiones, «contribuyendo con ello a la búsqueda de posibles soluciones».. ambién pretende difundir información, datos y distintos trabajos académicos sobre aspectos de la política penitenciaria no normalizada que aún se aplica a las personas vascas presas, por delitos de motivación política.

El primer número de Behatokia se publicó en setiembre, y fue un monográfico con datos de los traslados producidos durante el verano.

Carta de los presos de la prisión de Córdoba

Volviendo al informe, recoge una carta firmada por los presos vascos encarcelados en Córdoba que recibió el pasado mes de julio el Foro Social Permanente. En ella se solicitaba una intervención ante la situación que viven desde hace años, incluso décadas, y a pesar de que han iniciado el camino de la legalidad penitenciaria para progresar de grado.

Los presos firmantes exponían en la carta las condiciones materiales de vida en el módulo de aislamiento y «las enormes trabas que han tenido que superar para poder realizar los programas de tratamiento que les correspondían según la legislación». En la carta se narraban también una serie de «incidentes agresivos y de riesgo físico» ocurridos en las galerías del módulo de aislamiento.

Ante ello, los presos de Córdoba solicitaban una salida del aislamiento «porque nuestra salud psíquica está comenzando a resentirse en exceso», así como el traslado a otra prisión donde puedan beneficiarse de la progresión en el sistema de grados.

A finales de agosto Iñaki Alonso abandonó la la prisión de Córdoba tras cumplir íntegra su condena de 23 años. Tras ello, Alonso, junto a su abogada, se reunió con representantes de Etxerat y el Foro Social.

En la reunión, Alonso contó que en 2017 él y otro preso solicitaron participar en el programa de tratamiento que les pudiera corresponder. Tras una primera negativa por parte de la dirección de la cárcel, finalmente pudieron acceder a un programa. «Un programa que no tiene un mínimo de seriedad. No tiene un mínimo de continuidad. Ni en el tiempo, ni en los contenidos», precisa Alonso.

Sin embargo, tras tres años en ese programa, Alonso aseguró que «no habían cosechado nada». «Lo que no se puede hacer es estar pidiendo a la gente que haga ese camino y cuando la gente empieza a hacerlo, cerrárselo», subrayó.

Insuficientes traslados

Ampliando el foco de la sitiuación actual, el Foro Social valora positivamente los acercamientos de presos que se han dado en los últimos meses, pero sin embargo critica que muy pocos traslados hayan sido a cárceles vascas.

Además, el Foro Social ha querido reiterar los problemas que añade la pandemia del coronavirus, ante un fin de semana en que de nuevo se generalizan los confinamientos: «Obliga a sus familiares a unos desplazamientos nada recomendables y supone además que en cualquier momento pueden volver a suspenderse sus derechos a visitas por un endurecimiento de las medidas sanitarias», recuerda.