A partir del día 2 de noviembre, el personal de Enfermería no podrá disfrutar de vacaciones. Van a necesitarse todos los efectivos. Una circular del Departamento pone sobre aviso a auxiliares y al personal que tenga conocimientos de UCI. Además, se pretende que los efectivos con jornadas reducidas pasen a realizar turnos completos mediante renuncias voluntarias y con ampliaciones de contratos. Hasta se propone la promoción a enfermeros a profesionales que no figuren en las listas.
La situación, tal y como desprende la circular, es crítica. En particular en las UCI. Los sanitarios que tienen experiencia en cuidados intensivos pero desempeñan su labor en otras partes podrán ser trasladados para cubrir las carencias en UCI del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN). Allí apenas quedan camas libres. Ayer había cuatro y hoy, quizás ninguna. La idea es poner a funcionar otras diez más (hasta llegar a las 60).
Los contagios diarios son una alerta temprana. Lo verdaderamente grave viene unos diez días después, cuando casi un 10% de esos contagiados se convierte en un ingreso hospitalario, ya sea en planta o en UCI. Ahora los hospitales navarros están tragando los contagios de la semana pasada. Y no pueden.
El número de hospitalizaciones subió ayer en 22 personas (excluida la hospitalización domiciliaria, situación en la que se encuentran otras 72 personas), aumentando en tres la ocupación de los cuidados intensivos. Hay 288 personas en planta y 53 en UCI (aunque no todos se encuentran en el CHN, sino que parte se halla repartida por otras clínicas privadas). Dicho de otra forma, en un día la hospitalización ha subido más de un 6% y no mejorará en los próximos días.
Lo peor está por llegar. Las medidas adoptadas antes del cierre de los bares están fracasando. Se pensaron para que la curva bajara, pero solo lograron estabilizarla en un nivel insoportable. Por eso es imprescindible que la población cumpla a rajatabla las últimas medidas decretadas. No puede haber reuniones en interiores y, mucho menos contactos estrechos.
Con todo, la situación no es la de marzo. La diferencia principal estriba en que, durante la primera ola, prácticamente toda la atención hospitalaria se dedicó al covid, dejándose de hacer ciertas intervenciones, así como tareas de prevención de tumores, etc. Una actividad que, en esta ola, se ha ido manteniendo aunque empieza a resentirse.
Revisiones quincenales
En la comparecencia del miércoles, la consejera Santos Indurain apuntó que el CHN ha comenzado a desprogramar una parte «todavía mínima» de la cirugía no urgente, que afectaría a dos quirófanos. En la pasada onda, se acabó realizando únicamente las operaciones urgentes (un 10% de la actividad ordinaria).
Las medidas excepcionales en materia de personal se irán revisando quincenalmente y podrían variar en función de cómo evolucionen los contagios. Es decir, de si verdaderamente se logra que el pico de esta onda sea lo que está llegando en estos momentos o si, por contra, la incidencia sigue subiendo o se estanca. En ese caso, por muchas camas que se pongan habilitando hospitales improvisados, se estará de nuevo ante un colapso. Aún hay tiempo para evitarlo, pero no mucho. Un par de semanas o poco más.