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La ansiedad y la depresión se diagnostican más fácilmente a mujeres que a hombres

Un estudio de la UPV-EHU certifica que, en igualdad de condiciones de salud mental, los diagnósticos de depresión y ansiedad son más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres, y también la prescripción de fármacos. Apuntan que puede ser tanto por sobrediagnóstico de ellas como por infradiagnóstico de ellos.

El estudio detecta diferencias entre mujeres y hombres a la hora de ser diagnósticos. (Wikippedia).
El estudio detecta diferencias entre mujeres y hombres a la hora de ser diagnósticos. (Wikippedia).

Los diagnósticos de depresión y ansiedad son más frecuentes en las mujeres, según un estudio de la UPV-EHU, que concluye que existe una clara relación entre la desigualdad de género en la sociedad y la desigualdad en diagnosticar problemas de salud mental. El estudio lo ha llevado a cabo el grupo de investigación en Determinantes Sociales de la Salud OPIK.

La doctora en Salud Pública Amaia Bacigalupe, una de las autoras del trabajo, ha explicado que los diagnósticos de depresión y ansiedad son más frecuentes entre las mujeres, y el consumo de psicofármacos prescritos también es significativamente mayor, a igualdad de salud mental, de diagnósticos y de frecuencia de visitas a los centros sanitarios.

Todo ello podría indicar la existencia de un proceso de medicalización de la salud mental de las mujeres, aunque la doctora ha precisado que la interpretación es compleja, ya que operan «procesos de sobrediagnóstico y sobreprescricpión entre ellas, pero quizás también de infradiagnóstico e infraprescripción en los hombres».

Hipótesis «inconsistente»

En el estudio se señala que la hipótesis acerca de una mayor vulnerabilidad biológica de las mujeres es «inconsistente, lo que haría que las condiciones de vida desiguales entre hombres y mujeres, junto con los modelos imperantes de masculinidad y feminidad hegemónicos, puedan explicar estas desigualdades de género en la salud mental».

«Existe una clara relación entre el nivel de desigualdad de género en la sociedad y las desigualdades de género en la salud mental –ha explicado Bacigalupe–, de modo que todas aquellas políticas de lucha contra la discriminación que sufren las mujeres en el mercado laboral, en la responsabilidad sobre el trabajo doméstico y de cuidados, en el uso del tiempo y, en términos generales, aquellas que empoderen a las mujeres a partir de su mayor representación política y visibilización social, repercutirán positivamente en la disminución de las desigualdades en salud mental entre hombres y mujeres».

Otro de los aspectos que destacan en el estudio es la necesidad de que se adopten compromisos orientados a frenar la medicalización de los malestares cotidianos desde una clara perspectiva de género.

«En el campo de la salud mental, en el que la medicalización del malestar es especialmente habitual, algunos problemas que tienen un origen social acaban recibiendo atención psiquiátrica o psicológica, lejos de abordar la etiología del problema», ha afirmado la investigadora.