Bilbo se convirtió el 22 de setiembre en la primera ciudad del mundo de más de 300.000 habitantes en la que la velocidad de los vehículos quedó limitada a un máximo de 30 kilómetros por hora en la totalidad de sus calles.
En una comparecencia solicitada por Elkarrekin Podemos, el concejal de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, ha expuesto los datos recogidos tras 5 semanas de funcionamiento de la medida y ha asegurado que los resultados «avalan» la limitación de velocidad a 30 km/h en la totalidad de las vías urbanas, aunque ha remarcado que se necesita una serie más amplia de datos para evaluar el alcance de la medida y que será necesario esperar un año para tener mejores conclusiones.
Gil ha agradecido el comportamiento de los ciudadanos y ha asegurado que solo un 12% de los conductores infringe la medida. Ha explicado que, antes de establecer el límite, casi un 57% de los vehículos que circulaba por Bilbo iba a menos de 30 km/h, mientras que ahora lo hacen cerca del 88%.
Al hacer un análisis comparativo entre las cinco semanas de la puesta en marcha de la medida y la semana anterior, el Ayuntamiento ha detectado que han entrado en la ciudad un 1,85% menos vehículos (unos 10.214 menos) desde la limitación de la velocidad y que ha habido un 0,92% menos vehículos de tráfico interno.
Fines de semana
Se ha observado, según ha puntualizado Gil, que las entradas a Bilbo han disminuido un 2% de lunes a viernes pero han aumentado un 6,35% los sábados, lo que se achaca a la llegada de personas del entorno que se trasladan el sábado a hacer compras o a consumir productos culturales. Se deduce, por tanto, que la medida «no afecta a quienes vienen a hacer compras», ha señalado el concejal.
También se ha registrado un descenso de más de 3.000 vehículos circulando por las calles, dado que antes de la medida había unos 56.638 vehículos de este tráfico interno, mientras que la última semana de control, con el límite de velocidad ya establecido, se han contabilizado más de 53.000.
En comparación con el pasado año también se han reducido los accidentes. De 13 atropellos en 2019 se ha pasado a 4 en 2020; los accidentes han bajado de 57 a 32, y los heridos, de 70 a 36. Ha habido más accidentes con daños materiales, de 74 a 85. «Hay más accidentes de chapa y menos heridos porque los vehículos chocan a menos velocidad», ha resaltado Gil.
El edil ha puesto de relieve que han descendido un 43% las sanciones relacionadas con las infracciones en semáforos, de 1.551 a 813. «Había quienes decían que esto era una medida recaudatoria, pero hemos cobrado menos multas y este es uno de los datos que más nos satisface», ha añadido.
En cuanto a los niveles de contaminación, también se ha registrado un descenso de las emisiones en las últimas semanas, del 3% en dióxido de nitrógeno (NO2), de 9% en óxido de nitrógeno (NOX) y del 12 % en partículas (PM10).
En cuanto al ruido, los técnicos apuntan a que su reducción «es apreciable» en las últimas semana, aunque el periodo de tiempo analizado es corto y es preciso contar con más datos para obtener conclusiones, según Gil.
La limitación de velocidad también ha tenido efecto en el uso del transporte público, que ha aumentado entre un 9 y un 10% para todos los operadores. El servicio Bilbobus ha crecido casi un 11% en los últimas semanas (37.339 viajeros más a la semana), aunque todavía «no se llega ni de lejos a la etapa precovid», ha apostillado Gil.
Uso de la bicicleta
Sobre el uso de la bicicleta, el concejal de Movilidad ha explicado que en los aforadores de paso de estos vehículos instalados en la ciudad se ha detectado en las últimas semanas un descenso de 6.000 pasos de bicis privadas y un aumento del 17,9% en el uso de las bicicletas de alquiler público.
Desde la implantación del límite de velocidad también se ha apreciado un descenso del 1,6% en los aparcamientos regulados por la OTA y un aumento del 10,75% en el uso del ascensor urbano de la plaza Moraza, con 2.000 personas más a la semana.
Desde la oposición, EH Bildu y Elkarrekin Podemos han reiterado su respaldo a la medida de la limitación de velocidad, mientras el PP ha insistido en que está «radicalmente en contra» de que se establezca en «toda» la villa por entender que es un «experimento» que no se ha probado en otras ciudades y está llevándose a cabo «en el peor momento» por la pandemia.
«Esto no es un experimento, es una apuesta por la salud de nuestra gente», ha subrayado Alfonso Gil.