El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha advertido este lunes de que  la peor consecuencia de la obstrucción del actual mandatario, Donald Trump, al traspaso del poder es que «morirá más gente» por el covid-19.

«Cuanto antes tengamos acceso al plan del Gobierno (de Trump) para distribuir (la vacuna), antes avanzará esta transición. (La Casa Blanca) dice que tiene un programa que no solo aborda cómo conseguir vacunas, sino cómo distribuirlas. Si tenemos que esperar al 20 de enero para empezar a planificar, esto puede retrasarnos un mes o mes y medio», ha alertado en una intervención sobre sus planes económicos.

«Yo no dudaría en ponerme la vacuna (...). La única razón por la que la gente cuestiona ahora la vacuna es por Donald Trump», ha lamentado Biden.

Trump sigue insistiendo en negar la victoria de Biden. No obstante, el asesor de Seguridad Nacional del presidente, Robert O'Brien, ha dado por hecho que Biden será el nuevo inquilino de la Casa Blanca al afirmar que «si se decide que la candidatura Biden-Harris es la vencedora, y evidentemente las cosas apuntan a ello, habrá una transición muy profesional.

En su intervención, Biden ha apostó por un «apoyo inmediato» de fondos públicos a la economía para hacer frente a las consecuencias de las restricciones para combatir la pandemia, un plan atascado en la negociación en el Congreso.

Este apoyo público es uno de los ejes de su programa económico, con el que ha asegurado que prevé crear tres millones de empleos «bien pagados», sobre todo gracias a las empresas tecnológicas, los vehículos eléctricos y las energías renovables.

«Compraremos americano»

«Nuestro plan es crear millones de empleos en la industria manufacturera, la construcción de vehículos, productos y tecnologías que necesitaremos en el futuro para ser competitivos en el resto del mundo (...). Compraremos americano», ha subrayado.

También ha anunciado que pondrá en marcha un salario mínimo de 15 dólares la hora.

Además, ha sugerido un aumento de impuestos a las rentas más altas, al afirmar en que las grandes empresas y los más ricos pagarán «su parte justa» de los impuestos.

Pero este programa dependerá en gran medida de si finalmente los republicanos consiguen renovar su mayoría en el Senado. De ser así, la Casa Blanca se verá obligada a negociar la legislación, aunque el presidente cuenta con un amplio margen para sacar adelante algunas medidas, como la prometida compra a empresas estadounidenses por parte del Gobierno y sus contratistas.