Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Eramos pocos y...

El mantra al que se aferran como a un clavo ardiendo las empresas de exhibición es el de que ya han sobrevivido antes a otras crisis que anunciaban la muerte del cine, pero saben muy bien que la actual es la peor de todas. La gran industria audiovisual está apostando por las plataformas digitales y el último estudio de Hollywood en subirse al carro de Disney es Warner, cuya nueva presidenta Ann Sarnoff ha anunciado que todos sus lanzamientos de 2021 se estrenarán simultáneamente en las salas de cine y en streaming. Será a través de HBO Max, donde sus suscriptores podrán disponer de las novedades durante un mes. La medida ha sido tomada en vista de la rentabilidad obtenida por “Mulan” en Disney +.

El estudio que resiste frente al enemigo es Universal, que ha llegado a un acuerdo con AMC, la mayor cadena de exhibición de los Estados Unidos. Defienden, como Spielberg y muchos más, que hay un público muy numeroso que quiere ver las producciones espectaculares en pantalla grande, y para el que un estreno en las salas es todo un acontecimiento digno de ser vivido en grupo. La audiencia que se está perdiendo con todo esto es la familiar y la palomitera, que ha dejado de ir al cine desde que allí no sirven comida y bebida. Las salas de centro comercial lo tienen muy difícil, mientras que las independientes sobrevivirán con sus películas pequeñas.