El miércoles en Alemania, además de los bares, cerrarán los comercios no esenciales y los colegios. La actividad estudiantil no se reanudará hasta después de las navidades y las vacaciones se alargarán una semana más, por lo que los centros educativos no volverán a su actividad ordinaria hasta el 10 de enero (frente al 4 de enero previsto).
Esta bunkerización como la de marzo tendrá, como en otros países europeos, algún alivio con motivo de la celebración de las navidades, pero el mínimo. En las fechas señaladas podrán darse reuniones pero solo de dos unidades de convivencia. Esta es la restricción clave, a la que se añade un máximo de cinco personas en la celebración, sin que cuenten menores de 14. Viajar estará prohibido.
En general, el confinamiento duro se estirará hasta el 10 de enero, con la salvedad del comercio no esencial, para el que la campaña navideña resulta vital y que podrá reabrir sus puertas a partir del día 16.
(Alemania está teniendo problemas jurídicos para fijar la obligatoriedad del uso de mascarilla en exterior, por lo que solo es una recomendación. STRINGER/AFP)
Angela Merkel ha conseguido que estas medidas lleguen con el acuerdo de los 16 länder. Hasta ahora, habían existido ciertas reticencias entre los distintos gobiernos, pero las peores cifras de la pandemia han allanado el acuerdo.
Hablar de malos datos en Alemania exige ponerlos en su contexto. Berlín no ha arrojado en toda la epidemia cifras ni tan siquiera parecidas a las de Italia, Gran Bretaña o los Estados español y francés. Aun así, a lo largo del jueves registró su pico de mortalidad diaria con 598 muertos (sobre una población de 83 millones).
Cabe apuntar aquí que su buen control de la epidemia tiene como consecuencia negativa una menor inmunidad que países que han sufrido ondas más contundentes y que, además, la población alemana es la segunda más envejecida de todo el mundo (45,5 años), solo por detrás de Japón (45,9). Este indicador cae hasta 41,4 años en el Estado español y a 40,6 en el francés.
Panorama general de Europa
El confinamiento duro con cierre de colegios desde el miércoles y el paréntesis de la actividad no esencial contrasta con los anuncios de relajamiento de medidas que han ido realizando otros países europeos. Si bien, en algunos de ellos, el pico de la segunda gran onda ya fue superado hace semanas, cosa que en Alemania no ha sucedido.
En cómo encaran las navidades se advierten ciertos tópicos, como el hecho de que países mediterráneos como Italia o el propio Estado español son los que apuestan por medidas más laxas para el periodo navideño. Son de los pocos donde los bares y restaurantes abrirán.
Esta laxitud dentro del Estado español también queda reflejada en la reactivación de los viajes internos durante el periodo navideño con unas restricciones superfluas, como el aseverar que se acude a ver a un pariente o familiar.
En Italia, por ahora, ni siquiera existe un tope de comensales o de unidades de convivencia para las reuniones familiares y todo se queda en recomendaciones. Ahora bien, Roma ha optado por una mayor firmeza con los toques de queda. A las 10 de la noche, todos en casa, sin permisos especiales hasta las 01.30 como se han establecido en el Estado español. En cuanto a bares y restauración, existe una zonificación en las que, como máximo, se permite su actividad hasta las 6 de la tarde (Zona Amarilla). En las zonas Naranja y Roja, solo sirven comida para llevar.
El Estado francés, por su parte, mantendrá sus medidas de confinamiento domiciliario con excepciones para pasear, etc. durante las navidades. Si bien, París quiere un toque de queda un poco más estricto que Roma y lo activará a las 21 horas, con la salvedad de nochebuena y nochevieja. Los bares y restaurantes seguirán cerrados hasta el 20 de enero.
Otro país de interés, por la gran incidencia que ha mantenido el virus en las distintas olas, es Bélgica. Allá se ha apostado por ser muy estricto con las reuniones (cada hogar un único contacto cercano, con la excepción de las personas que viven solas por motivos de salud mental). Los bares y restaurantes, cerrados hasta el 15 de enero, salvo comida para llevar.
En el otro extremo se ha colocado Reino Unido, donde se permitirán reuniones de tres unidades de convivencia sin importar el número de miembros entre los días 23 y 27.