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El Brexit pone freno a la mano de obra europea

Las patronales se muestran preocupadas ante el mercado de mano de obra barata que se les cierra con el Brexit. Los ingleses no quieren trabajar el campo y, en hostelería, calculan que unos 60.000 británicos deberán ocupar puestos que hasta la fecha llenaban migrantes comunitarios.

Imagen de una granja de Sussex. (Ben STANSALL / AFP)
Imagen de una granja de Sussex. (Ben STANSALL / AFP)

La salida del Reino Unido del mercado único europeo dentro de tres días inquieta a los empresarios británicos. A algunas incertidumbres se le añaden certidumbres. Y es que se cierra la puerta a la mano de obra comunitaria, un suculento mercado que ocupa los puestos de trabajo con los sueldos más bajos de la isla.

Los campos agrícolas del sur de Inglaterra han sido, en la última década, lugar de trabajo de migrantes rumanos, italianos o búlgaros. Del mismo modo, las cocinas o las habitaciones de hoteles de Edimburgo han sido habitual puesto de labor de personas de llegadas de Polonia, el Estado español o también Euskal Herria.

A partir del 1 de enero de 2021, cualquier comunitario que quiera residir en territorio británico deberá solicitar un visado de entrada en base al nuevo sistema de migración por puntos. El mínimo de puntos está establecido en 70, y varía en función de las condiciones individuales. Por ejemplo, contar con una oferta de trabajo para lo que Londres considera un trabajo cualificado otorgará 40 puntos, mientras que los conocimientos de inglés dan 10 puntos. El resto se suma en base al salario anual (20 puntos si supera las 25.600 libras al año).

Los representantes de sectores como la agricultura y servicios de restaurantes, pero también de enfermería ya han advertido que con el nuevo sistema será difícil reclutar personal para sus campos. La Asociación de Enfermeras de Reino Unido señaló que la propuesta no permitirá «alcanzar las necesidades de cuidados médicos que requiere la población».

De hecho, el Servicio Nacional de Salud (NHS) ya tenía un problema de escasez de mano de obra antes del referéndum sobre el Brexit. Este se ha visto agravado, ya que se calcula que más de 10.000 trabajadores sanitarios europeos decidieron abandonar el Reino Unido tras la consulta de 2016.

«Los ingleses no quieren estos trabajos»

El director de la planta agrícola de Roydon, en el condado de Essex, Jimmy Russo explica sin tapujos a la agencia Efe su situación: «No tenemos una sola persona inglesa que trabaje físicamente en el campo o en el almacén. Estos son todos extranjeros que vienen a trabajar aquí en este momento».

«Yo creo que el Gobierno no entiende el problema de las empresas que tienen una finca», explica el director, de 65 años, al destacar «la necesidad» de contar con extranjeros dispuestos a trabajar la tierra.

Un trabajo y un salario bajo que los locales no están dispuestos a aceptar. Este empresario asegura que los ingleses no quieren trabajar en el campo. «Son buenas personas, pero quieren trabajar en oficinas. Por suerte tenemos a los rumanos que vienen aquí a trabajar porque, sin ellos, tendríamos muchos, muchísimos problemas», reconoce.

60.000 trabajadores en hostelería

Otro sector que se verá afectado es el de los restaurantes y hoteles, que según cálculos de la patronal, necesitará contratar a unos 60.000 británicos más cada año para cubrir el hueco que dejen los europeos cuando acabe el periodo de transición.

Hasta la fecha no era difícil llegar al Reino Unido y encontrar trabajo (con salario mínimo, eso sí) limpiando platos en un restaurante o haciendo las habitaciones de un hotel. Ahora, la patronal se muestra preocupada porque todos esos puestos necesitarán ser cubiertos por británicos en un Estado en el que la tasa de paro no alcanza el 5%.