Casi seis meses y ocho partidos después, el Eibar ha celebrado la victoria en Ipurua. Es la primera de la temporada en su estadio para los azulgranas que, jugando mejor o peor, siempre habían cedido algún punto desde que arrancó este curso anómalo en todo. Ha tenido que acabar 2020 para que lo hiciera también la particular maldición del equipo. Ante uno de sus equipos fetiches –siete victorias con la de hoy y dos empates en sus nueve enfrentamientos en Primera con el Granada– y con un protagonista claro: Bryan Gil, que ha sido el mejor del partido, como casi siempre desde que llegó al Eibar, y además ha marcado los dos goles, los primeros que anota con la camiseta azulgrana.
Los dos han llegado en la segunda parte de un encuentro que ha olido a empate durante muchísimos minutos. Las bajas no se le han notado a un Granada competitivo donde los haya y que ha sabido mantener al Eibar alejado de su área. Sólo Bryan Gil –una de las tres novedades del equipo local junto a Paulo y Enrich, que no era titular desde la primera jornada– ha sido capaz de hacer daño sobre el embarrado césped de Ipurua, con sus incursiones por banda. Tampoco han sido demasiadas y ni Inui ni Kike han podido aprovecharlas. Y la única ocasión en la que lo ha conseguido el delantero conquense, rematando en el área pequeña, Rui Silva se ha lucido para desviar el balón al palo. Por suerte, el peligro ha sido aún menor en la portería local, aunque Luis Suárez ha lanzado un par de avisos.
El partido se ha roto a los siete minutos de la reanudación. Enrich ha estado listo para forzar la falta de Herrera en el área y Mateu Lahoz no ha dudado en pitar penalti. Rui Silva ha rechazado el lanzamiento de Expósito –que ya había fallado otro ante el Elche– pero Bryan Gil se ha adelantado a amigos y enemigos para cazar el balón y anotar el 1-0. Rompía la primera maldición de la noche: el Eibar sólo había marcado otros dos goles en Ipurua esta temporada (ante Athletic y Real Madrid), ambos cuando ya iba por detrás en el marcador y ninguno de los dos sirvió para salvar siquiera un punto.
Esta vez sí ha servido aunque ha hecho falta otro para certificarlo. Y vaya si se ha agradecido porque los cambios, sobre todo la entrada de Jorge Molina, le han sentado bien a un Granada que ha encontrado el camino a la portería de Dmitrovic y se ha ilusionado con el empate. Pero hoy era el día del Eibar y de Bryan Gil. A un cuarto de hora del final, ha recibido un balón en la frontal del área y con un disparo raso y ajustadísimo al palo ha anotado el 2-0, matando definitivamente el encuentro ante un rival que ya se ha dado por vencido.
La victoria aúpa al Eibar a la undécima plaza aunque su ventaja sobre el descenso sigue siendo exigua. El domingo visita al Levante, al que ahora aventaja en un punto, con un partido más que los granotas.
Las estadísticas del partido se pueden consultar en la página especial de NAIZ.