Marcelino García Toral ha dirigido esta tarde su primer entrenamiento como entrenador del Athletic en Lezama. La lluvia y el frío no han sido obstáculo en una sesión celebrada a puerta cerrada con el objetivo de preparar el partido de este miércoles ante el Barcelona.
Posteriormente, el Athletic ha hecho oficial la contratación de Marcelino que en sus primeras declaraciones ha destacado la ilusión y la ambición con la que afronta el reto de entrenar a un club histórico como el rojiblanco. Ha asegurado que el objetivo que persiguen es intentar con la «colaboración de los futbolistas» plasmar como equipo en el equipo esa filosofía para que todo el pueblo se sienta identificado.
Por su parte, el presidente Aitor Elizegi ha dicho que espera que esta nueva etapa con Marcelino sirva para cumplir los objetivos marcados a principio de temporada y «seguir creciendo con esta plantilla».
️ 헣헿헶헺헲헿 헱헶́헮 헲헻 헟헲혇헮헺헮
— Athletic Club (@AthleticClub) January 4, 2021
Marcelino conoció a los jugadores y estuvo al frente de su primera sesión de trabajo.#OngiEtorriMarcelino ⚪ #AthleticClub 女 pic.twitter.com/WwC9vTkXpT
La presentación oficial con el club será este martes por la tarde en San Mamés y ha firmado hasta junio de 2022. Llega con un cuerpo técnico compuesto por siete miembros con Rubén Uría de segundo y el preparador físico Ismael Fernández, que desempeñará un papel fundamental a la hora de implantar el sistema de juego que propone el técnico asturiano. Según se comenta, está obsesionado con hacer bajar de peso a los jugadores y potenciar la resistencia y velocidad para el fútbol que busca desarrollar.
Marcelino tiene bien claro su método, como explicó en una charla telemática con entrenadores valencianos realizada el pasado mes de abril. Apuesta por un 4-4-2 al estilo del Milán de Sacchi de finales de los ochenta y noventa. El equipo rossonero marcó una época con los holandeses Gullit, Van Basten y Rijkaard, además de los Maldini, Costacurta y Baresi.
Según explicaba, «es el sistema que menos especificidad necesita en los jugadores y permite los automatismos». «Y si voy perdiendo ya tengo a dos delanteros en el campo», añadía.
Habrá que ver de qué manera hace encajar ese esquema en un Athletic en el que la figura de la media punta ha sido clave en los últimos años. Muniain o Raúl García tendrán que desplazarse a las bandas o jugar de segundo delantero.
Marcelino concede mucha importancia al equilibrio defensivo para robar el balón y atacar con velocidad. Sus equipos se caracterizan por las transiciones rápidas y el contragolpe. Se espera que con esas pautas pueda exprimir las virtudes de Williams, o incluso su hermano Nico podría acoplarse.
En la citada charla, el entrenador asturiano decía también que antes de aceptar cualquier oferta analiza la plantilla con la que va a contar ya que sin los jugadores es imposible obtener resultados.
En este sentido, aunque tiene fama de mano dura, destacaba que es necesario mantener unas buenas relaciones con los futbolistas para convencerles de que la propuesta por la que aboga funciona y les beneficia.
Un currículum extenso
A Marcelino se le recuerdan en Bilbo sus desencuentros con el Athletic en una eliminatoria de Copa con el Racing o sus desavenencias con Valverde cuando estaba en el Villarreal y esas acusaciones de trato favorable en los arbitrajes.
El asturiano, natural de la localidad de Villaviciosa y de 55 años, tiene un currículum muy extenso en los banquillos, aunque también fue jugador. Debutó con el Sporting en Primera y jugó también en equipos como Racing, Levante y Elche en Segunda.
Su carrera como técnico está muy vinculada al equipo de Gijón, con el que casi lograr ascender a Primera en la temporada 2003/04 tras pasar por el filial. Lo consiguió unos años más tarde con el Recreativo de Huelva y, posteriormente, logró clasificar al Racing para competiciones europeas en 2007. También subió a Primera con el Zaragoza, pero fue despedido tras una derrota ante el Athletic al año siguiente.
Fue cesado también en el Sevilla en la temporada 2011/12 por malos resultados y después se asentó en el Villarreal durante varias campañas hasta su abrupta salida en 2016 tras una bronca con los jugadores.
Su última experiencia en los banquillos fue en el Valencia, donde revitalizó al equipo rescatando a figuras como Rodrigo y Parejo, ganó la Copa y se clasificó para la Champions. Sin embargo, la mala relación con los dueños del club precipitó su salida en 2019. Desde entonces, se encontraba sin equipo.
Otro dato llamativo sobre su trayectoria es que nunca ha perdido en sus enfrentamientos en Liga con diferentes equipos ante la Real, el rival al que el Athletic se enfrentará en la aplazada final vasca de Copa. En 17 partidos entre Primera y Segunda se ha impuesto en once y ha empatado en seis.