La buena impresión que la escuadra navarra dejó en los derbis frente a Alavés y Real, a la par que el gran partido defensivo que protagonizó ante el Real Madrid, han provocado que la derrota contra el Granada, no tanto por inesperada como por cómo se produjo, sea para el aficionado rojillo un nuevo bofetón de realidad.
El equipo no estuvo bien en ninguna de ambas áreas, una máxima que resulta clave para sumar puntos. La positiva actitud defensiva de los veinte primeros minutos se vio quebrada por la «falta de concentración» en las jugadas de estrategia, como reconocería a la finalización del choque Juan Cruz, uno de los pocos entonados.
Y no es que los pupilos de Jagoba Arrasate no estuvieran avisados, pues el propio técnico vizcaino alertó en la previa de lo fuerte que era el rival a balón parado y de lo complicado que resulta remontarle cuando se coloca con un marcador favorable.
Paradójicamente, hasta la visita al Nuevo Los Cármenes, Osasuna era uno de los pocos conjuntos a los que todavía no habían conseguido marcarle en jugadas de estrategia. Para romper esa magnífica estadística, doble ración de errores en sendos lances casi calcados.
El problema es que tampoco rindió cuando tuvo que arremangarse en la empresa ofensiva. Hubo ganas, eso es cierto, pero las maneras dejaron mucho que desear. A la ya endémica falta de acierto –solo Elche y Huesca han anotado menos goles– hubo que sumar el escaso criterio en la confección del juego y las numerosas prisas y precipitaciones.
Se echó de menos, sin duda, alguien que le diera sentido y circulación a la pelota. Arrasate es quien mejor conoce a la plantilla y sus fundadas razones tendrá para que Iñigo Pérez no gozase de ningún minuto a la vista de cómo estaba el encuentro, ni que buscase mayor profundidad por el carril derecho con Nacho Vidal. El frenético ritmo competitivo actual afecta de diferente manera a determinados futbolistas, que en algunos casos necesitan de un mayor periodo de recuperación.
Sea como fuere, Osasuna esta temporada no es el de la anterior en ataque. Las rápidas y continuas llegadas por banda de la pasada campaña sorpendiendo al contrario han pasado a ser episodios aislados, la contribución anotadora de la línea de tres cuartos ha bajado varios peldaños y la apremiante situación clasificatoria impulsa a que las elecciones ofensivas sean atropelladas y erróneas.
Manu Sánchez ya entrena como rojillo
Tras pernoctar en Granada, la expedición osasunista se ha desplazado en avión a primera hora de la mañana para estar al mediodía en los campos de entrenamiento de Tajonar. La principal novedad de la sesión ha sido la presencia de Manu Sánchez, que ya ejerce como rojillo, después del acuerdo de cesión por parte del Atlético hasta el final del presente ejercicio.
El futbolista madrileño será presentado mañana de manera telemática en las instalaciones rojillas, durante una jornada en la que el resto de sus compañeros guardarán descanso para volver al trabajo el viernes, de cara a preparar el duelo copero que les aguarda el domingo frente al Espanyol en el campo periquito.
Lo lógico es que Arrasate reserve a sus futbolistas habituales –la excepción puede ser David García, que cumplirá sanción ante el Valencia– y dé minutos a aquellos otros componentes de la plantilla que hasta ahora están gozando de menos minutos.