Satisfacción de Karfa Sira Diallo y también de la Asociación Memoires et Partages que ayudó a fundar en Burdeos y que le ha apoyado durante el proceso por rebelión frente a la autoridad que se le abrió, en base a atestados policiales, tras participar en un acto de protesta en el contexto del G7, en Biarritz.
«Estoy satisfecho porque la justicia ha promulgado mi inocencia y porque ha dicho que los policías tienen derechos, pero también deberes», ha expresado en conversación telefónica con NAIZ.
«Me siento aliviado, porque este proceso me ha perseguido a mí y a mi familia durante meses solo por haber defendido de forma legitima que la ley se debe de respetar», ha añadido el intelectual franco-senegalés que da gran relevancia al fallo «porque da credibilidad a nuestro combate, que data de tiempo atrás, y que se ha expresado siempre de forma serena y pacífica y que, con este proceso, con esta imputación grave a cargo de la Policía, corría el riesgo de ser estigmatizado lo que, afortunadamente, no ha ocurrido».
Diallo cree que además la decisión «puede ser un revulsivo» cara a solventar la cuestión de fondo, que no es otra que la planteada en forma de recurso administrativo en el Tribunal de Pau.
«El recurso que hemos presentado no busca borrar la historia sino más bien sacarla del olvido, hacer pedagogía y dar un contexto al debate, y desde luego también devolver el nombre originario, en euskara, al barrio», explica, para dar cuenta de que está a la espera de que se fije la fecha para la audiencia.
Efectivamente, el barrio que alberga la estación de tren, en Biarritz, no fue conocido siempre como La Négresse.
Antes se llamaba Harausta, denominación en euskara que hacía referencia al carácter polvoriento de una zona rica en actividades industriales y de intercambio de mercancías.
Sin embargo, a mediados de la década de los 80 del pasado siglo, la corporación municipal avaló esa denominación de La Négresse, que dataría, según distintas fuentes, del XIX, y que haría referencia a una mujer antillana que servía en un bar de la zona.
Ello llevó a perpetuar hasta hoy una acepción que Karfa Sira Diallo denunció ante el tribunal que le juzgó, el pasado diciembre, y que hoy le ha absuelto, como «vergonzosa y humillante».