Con el objetivo de hacer visible la situación, Zunzarren ha colocado un video en la pantalla de 6 x 4 metros que da a la ronda norte y en el que se indica de forma gráfica que el «Gobierno de Navarra no ha pagado las facturas».

Esta no es la primera vez que intenta conseguir que el Ejecutivo abone las facturas, ya que el pasado 14 de octubre llegó a cerrar el recinto con cadenas como «medida de presión para que el Gobierno de Navarra, a través del Departamento de Salud, hiciera frente al pago del alquiler de la infraestructura, el equipamiento y los suministros de luz y servicios de la Mancomunidad».

En estos últimos tres meses de espera y de «buenas palabras» por parte del Ejecutivo, asegura que siguen sin cobrar las facturas, por lo que, subraya, se ven obligados a dar a conocer la situación de «desamparo» en la que se encuentran.

Al respecto, apunta que, según declaraciones de la presidenta del Gobierno, Maria Chivite, «es un desencuentro que se solucionará en breve» y del vicepresidente Javier Remírez, «los problemas que pueda haber con la infraestructura se dirimirán sin ningún tipo de problema».

Pero la realidad, sostiene Zunzarren, «es que por parte de Refena no hay ningún desencuentro, simplemente, el Gobierno de Navarra tiene que pagar por los servicios prestados».

Desde el 14 de octubre, cuando se realizaron las últimas declaraciones, según señala, «nadie se ha puesto» en contacto con ellos, «nadie quiere plasmar por escrito las intenciones del Departamento de Salud y no se han pagado las facturas».

Zunzarren añade que se encuentra ante una tesitura complicada ya que, según denuncia, no puede hacer uso de las instalaciones al estar Refena siendo utilizado por Salud y, por lo tanto, no puede generar ingresos que le permitan pagar a sus trabajadores y proveedores. De no concretarse el pago por parte de Salud, avanza que estaría en disposición «de tomar medidas más contundentes».