La existencia de una nueva variante con la mutación Y501 ha generado interés y preocupación en la comunidad científica. Y empieza a movilizar a la política: el Reino Unido anunció el viernes la cancelación de vuelos desde Latinoamérica, Portugal o Cabo Verde y este lunes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha planteado a Pedro Sánchez que valore otro tanto.
Pero, ¿qué sabemos hasta ahora de esta cepa?
Se trata de una mutación que se encuentra en la zona crítica de la proteína S: la denominada RBD, que es la que interactúa con la célula humana y permite la infección.
Antes de conocerse esta variante P.1, se habían secuenciado otras dos cepas que habían llegado a la misma alteración en la cadena de aminoácidos: la británica y la sudafricana. Ambas variantes han conseguido imponerse a otros linajes del virus en las zonas en las que se han detectado. Por tanto, ahora lo que toca es ver si también la cepa originaria de Brasil se ha hecho mayoritaria en la zona de la Amazonía de la que parece originaria.
Se da la circunstancia, además, de que la mutación Y501 es la única que comparten las cepas británica y sudafricana, dado que provienen de linajes de virus que se separaron hace tiempo. Esto se sabe por las otras mutaciones, menos relevantes, que han ido acumulando. Técnicamente, se dice que vienen de distintos clados. Si un tercer linaje ha llegado también a la misma mutación y, además, esto le ha servido para hacerse hegemónico en su zona, querrá decir que la alteración de este aminoácido tiene un efecto muy relevante.
Esquema analítico de las mutaciones de la cepa sudafricana
Que una variante se haga hegemónica, como ha sucedido en Inglaterra y Escocia en cuestión de semanas, significa que las personas infectadas con esta variante han transmitido la enfermedad a más personas que todo el resto de cepas del virus. Esto puede producirse por varios motivos, como que se trate de una variante que genera menos síntomas (es decir, atenuada) y por eso los enfermos diseminen más el virus o porque haga falta una menor carga viral para infectar a un tercero, por ejemplo.
Según las leyes de propagación, lo más probable es que se trate de una atenuación, tal y como apuntaba en GARA el coronavirólogo David Escors. Aun así, el motivo real de por qué es más transmisible la cepa británica se desconoce, pero si se impone a las demás variantes significa que lo es.
Hay que tener en cuenta que la proteína S es muy grande. Que la mutación se dé en la región RBD hace plausible que se trate de una adaptación del virus ser humano y que, por consiguiente, le confiera una ventaja frente a las otras cepas. Además, puede tener cierta afección para las vacunas, en tanto que se encuentra en un epítopo relevante, en el que debiera engancharse un anticuerpo de carácter neutralizante. Así lo explicaba el investigador Pablo Sarobe, del CIMA, en este reportaje.
No obstante, la afección que pueda tener en las vacunas esta mutación resulta menor. La proteína S tiene muchos epítopos a los que se enganchan anticuerpos. Y la respuesta que generan las vacunas es poliepitópica. Esto significa que cuando se vacuna a una persona, esta no genera un único modelo de anticuerpo, sino muchos diferentes, cada uno dirigido a un epítopo diferente.
Por tanto, aunque uno de los epítopos se vea afectado, como es el caso, hay otros anticuerpos que cumplirán la función.