En la madrugada del 20 de enero de 1980, una bomba colocada en la puerta del bar Aldana segó las vidas de Manuel Santacoloma, Liborio Arana y del matrimonio formado por Mari Paz Ariño y Pacífico Fika, además de causar decenas de heridos.

Todavía hoy no se ha esclarecido el caso, a pesar de las repetidas iniciativas y llamamientos de familiares y víctimas para pedir la implicación del Gobierno español y del Ejecutivo autonómico en esta tarea.

La acción se la atribuyó el denominado Grupos Armados Españoles (GAE) pero nadie ha sido juzgado por este atentado. El responsable de la investigación fue José Amedo, por entonces jefe de la Brigada de Información de Bilbo y después condenado por su implicación en guerra sucia.

Este miércoles, 41 años después, el lugar donde se alzaba el popular establecimiento será escenario de sendos actos de homenaje. El primero, al mediodía, organizado por el Ayuntamiento de Alonsotegi, consistirá en una ofrenda floral, a la que que acudirán en representación del Ejecutivo de Lakua Monika Hernando, directora de Derechos Humanos, Víctimas y Diversidad, y Enrique Ullibarriarana, asesor de Víctimas.

Dependiendo de la coyuntura, otros años este acto promovido por el Consistorio se ha desarrollado a la tarde y ha contado con la presencia del lehendakari Iñigo Urkullu, natural de la localidad.

Impune

A las 19.30, como lo viene haciendo desde hace décadas, la izquierda independentista volverá a denunciar que esta acción de guerra sucia que se atribuye a personas vinculadas a los aparatos del Estado sigue impune. Se harán una ofrenda floral y una concentración.

EH Bildu volverá a presentar en el Ayuntamiento una propuesta de declaración institucional, a aprobar en el pleno ordinario de la próxima semana, que no saldrá adelante por el veto del PSE, secundado por el PNV, a asumir la responsabilidad estatal en este atentado.