La ceremonia de investidura del demócrata Joe Biden como presidente de EEUU y de Kamala Harris como vicepresidenta ha comenzado en un acto frente al Capitolio en Washington DC, en medio de estrictas medidas de seguridad.
Con la mano superpuesta en la Biblia de la familia, el nuevo mandatario ha recitado el texto protocolario ante el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, lo que formalmente culmina una transición convulsa marcada por el rechazo de Trump a reconocer su derrota. Biden obtuvo más de 81 millones de votos en las elecciones del 3 de noviembre, una cifra sin precedentes.
«Celebramos el triunfo de una causa, la causa de la democracia. Es frágil, preciosa. La democracia ha prevalecido», ha aseverado Biden en su discurso. «Es un día histórico y de esperanza, de renovación y resolución», ha agregado.
Biden se ha referido a los turbulentos días que ha vivido el país tras el asalto violento al Capitolio el pasado 6 de enero por una turba de seguidores del ya expresidente Trump. En este sentido, ha asegurado que aún queda mucho para «curar» las heridas del país y ha llamado a confrontar el «extremismo político, el supremacismo blanco y el terrorismo doméstico», que ha asegurado que derrotará.
Ha pedido, asimismo, seguir «el camino de la unidad» para superar las múltiples crisis que enfrenta el país, porque sin ella «solo hay amargura y furia».
Biden, de 78 años, es el presidente de mayor edad en llegar a la Casa Blanca, en la que entrará después de más de tres décadas como senador y ocho años a la sombra de Barack Obama, como su vicepresidente entre 2009 y 2017. Obama sí ha estado presente en la ceremonia, al igual que los expresidentes bill Clinton, George W. Bush y Bill Clinton, mientras que en representación de la Administración saliente ha acudido el vicepresidente, Mike Pence.
A las 11.18 de la mañana, hora local, mientras caían unos pocos copos de nieve, Biden y su esposa, Jill, han bajado la escalinata oeste que sale del Capitolio y se han dirigido a sus asientos para el comienzo de la investidura.
Poco antes, Harris y su esposo, Doug Emhoff, habían llegado también a lugar de la ceremonia, donde esperaban unos 1.000 invitados, muchos menos que los 200.000 que solían ocupar los asientos de honor durante ceremonias previas en las que no había pandemia ni desafíos tan graves de seguridad.
La ceremonia ha arrancado con un discurso de la senadora demócrata Amy Klobuchar, una de las rivales de Biden en las primarias demócratas del año pasado, quien ha recordado el asalto al Capitolio de hace dos semanas y ha pedido «no dar por sentada la democracia» estadounidense. «Este es el día en el que nuestra democracia se pone en pie, se sacude el polvo y hace lo que siempre ha hecho», ha afirmado Klobuchar.
La mayoría de los invitados a la ceremonia son legisladores estadounidenses, aunque también están los expresidentes Barack Obama (2009-2017), George W. Bush (2001-2009) y Bill Clinton (1993-2001), junto a sus respectivas esposas, Michelle Obama, Laura Bush y Hillary Clinton.
El vicepresidente saliente, Mike Pence, ha asistido también a la ceremonia, al contrario que Donald Trump, quien ha sido el primer mandatario en 152 años que no participa en la investidura de su sucesor y que ya está en su estado de residencia, Florida.
La ceremonia ha contado con el mayor despliegue de seguridad de cualquier investidura presidencial en la historia del país, bajo la atenta mirada de hasta 25.000 militares de la Guardia Nacional.
Para representar a los estadounidenses que, de no haber sido por la pandemia, se habrían desplazado a Washington para ver la investidura, los organizadores han dispuesto a lo largo de esa explanada 191.500 banderas de diferentes tamaños y tipos, iluminadas por 56 pilares de luz que representan a los estados y territorios del país.