El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha tildado de «barbarie» la actuación de la Ertzaintza el miércoles en la Parte Vieja de Donostia, y ha denunciado que  «hay un sector grande» dentro de este cuerpo policial que «toma determinadas zonas como territorio hostil».

De este modo, ha contrapuesto la situación generada en ese barrio de la capital guipuzcoana con la vivida un par de días antes en Bilbo por el triunfo del Athletic. Entonces, la Ertzaintza, «sin cascos y sin pelotas de goma», pedía a la gente que «por favor» cumpliera con las medidas de seguridad por el covid-19.

Y también ha remarcado que «en otros barrios» de Donostia hay imágenes de personas «de otra clase social» que no cumplen las medidas, pero ahí «no entra la policía. ¿Por qué se hace otra cosa en la Parte Vieja?», ha preguntado.

En una entrevista en el programa Egun On Euskadi de ETB1, Otegi ha considerado que calificar de «kale borroka» lo acontecido el miércoles supone «aprovechar la situación para reivindicar algo que no existe». Ante las palabras del consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, diciendo que los incidentes fueron provocados «por los de siempre», ha respondido que hubo gente adulta golpeada por tratar de proteger a sus hijos e hijas menores,  y que existe un «problema grave» que no corresponde a «la forma de actuar de una policía democrática».

Vacunaciones de Sabas y Maiz

Respecto a las vacunaciones de los directores del Hospital de Basurto y del Hospital Santa Marina de Bilbo, ambos del PNV, Otegi ha señalado que «es muy grave lo que ha ocurrido, se proyecta que hay una casta, que hay una élite. Esto abre la puerta al fascismo. Siempre he creído que los vascos éramos diferentes, pero todo esto demuestra que en algunas cosas somos similares y esto me entristece».

En su opinión, este tipo de hechos «son síntomas» de que lo que prima es el invividualismo y de que existe «una relajación sobre las responsabilidades públicas». Otegi cree que «muchos militantes del PNV también estarán tristes» por lo que han hecho Maiz y Sabas. «Cuando se difumina el compromiso con este país y se priman los intereses personales, pasan cosas así. Todos ellos son síntomas del agotamiento de un proyecto».