La comparecencia parlamentaria de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha añadido el dato de que en el Hospital Santa Marina de Bilbo se vacunó indebidamente a representantes sindicales, religiosos o personal de cafetería. Lo ha atribuido a un error de comunicación de los protocolos, pero en cualquier caso ELA ha salido a la palestra para indicar que un delegado suyo se vacunó tras ser instado a ello. Y ha añadido que es la consejera la que debe asumir responsabilidades por esta descoordinación, sin señalar a nadie.
Sobre el episodio concreto, apunta que «el delegado de ELA en el Hospital Santa Marina, estando casualmente en una reunión del Comité de Seguridad y Salud junto con otros/as delegados/as, se le indicó que el criterio a seguir en Santa Marina era el de vacunar a toda la plantilla y a todas las personas que como él, de forma habitual, transitan por el centro. Se le conminó a vacunarse inmediatamente ya que la Dirección del Hospital había determinado que, para seguir haciendo esa labor en condiciones de seguridad y proteger al hospital, debía vacunarse una vez que ya había finalizado la vacunación de toda la plantilla, motivo por el cual recibió la vacuna una vez finalizada la reunión».
Este relato coincide básicamente con el hecho por la consejera en el Parlamento.
ELA expone en su nota que «desde el primer momento hemos denunciado la falta de información y de planificación que ha rodeado y rodea todo el proceso de vacunación. Cabe recordar que la propia consejera se negó a facilitarnos información alegando que era un tema puramente organizativo. En este contexto de descoordinación y opacidad, más allá de un protocolo genérico que recibimos a posteriori, una vez iniciada la vacunación, seguimos teniendo verdaderas dificultades para conocer cómo está siendo el despliegue de la vacunación en cada una de las OSIs».
Por si quedaran dudas, concreta el sindicato que «ayer, día 26 de enero, en la reunión de la Comisión Corporativa de Seguridad y Salud mantenida con la Dirección de Osakidetza, desde ELA ya manifestamos nuestra postura de que los/as delegados/as sindicales liberados a tiempo completo, en tanto en cuanto no realizan labor asistencial, deben ser vacunados junto con el último grupo de prioridad destinado a estos/as trabajadores/as, a saber, cumpliendo lo que dice el propio protocolo».
Dicho esto, desde ELA se reclama a la consejera «que asuma sus responsabilidades por la falta de planificación y por la deficiente gestion de la vacunación que, sin duda alguna, ha tenido como consecuencia situaciones como las acaecidas en Santa Marina y en el propio Hospital de Basurto. Y que no intente desviar la atención a otras cuestiones que nada tienen que ver con ello».
UGT-Euskadi también ha defendido a su delegado en Santa Marina y advertido a Sagardui de «no puede echar balones fuera en su responsabilidad de la vacunación, cuando desde que ha llegado al cargo ha mantenido la falta de transparencia de todo lo que hacen, incluido de los protocolos de vacunación».
«Nuestros delegados sindicales en los centros sanitarios se vacunan cuando lo indican las unidades básicas de prevención del centro en que prestan sus servicios. Ni lo tenemos que hacer público ni lo tenemos que ocultar. Sencillamente, seguimos los dictados de los servicios de prevención de riesgos laborales, como así ha sido en este caso. Ni hemos presionado a favor ni tenemos que resistirnos en contra, seguimos las indicaciones de estos servicios».
CCOO suspende a la suya y LAB no lo hizo
Otra de las sindicalistas era de CCOO, ha añadido esta central en otra nota, en la que indica que la ha suspendido de funciones.
Así reza la nota emitida tras la comparecencia de Sagardui: «El sindicato ha tenido conocimiento hoy de la vacunación indebida de la persona que tenía la responsabilidad sindical en la visita de centros y en el asesoramiento de trabajadoras y trabajadores, entre otros, del hospital de Santa Marina de Bilbao. La decisión de cese implica que la delegada dejará de ejercer las funciones de representación de la central sindical».
«El sindicato entiende que saltarse el protocolo de vacunación es un hecho de la gravedad suficiente como para tomar las medidas necesarias. Además, este mismo nivel de exigencia para quienes representan a las Comisiones Obreras se va a trasladar a la Consejería de Salud del Gobierno vasco a la hora de aclarar los protocolos de vacunación y demandar la transparencia necesaria en la ejecución de los mismos», añade CCOO.
LAB ha indicado que su delegado no se vacunó.