El Sevilla acerca al Eibar al precipicio (0-2)

Los goles de Ocampos de penalti y Jordán han sentenciado el partido. Los azulgranas solo han sumado un punto en cuatro partidos. El guardameta armero Dmitrovic se ha retirado lesionado.

El Eibar ha generado buenas ocasiones pero le ha faltado el acierto de su rival. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)
El Eibar ha generado buenas ocasiones pero le ha faltado el acierto de su rival. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)

Pese a los buenos recuerdos que podía alumbrar por lo sucedido en el Sánchez Pizjuán, el Sevilla no parecía el mejor rival para que el Eibar encontrara el punto de inflexión que necesita, cada vez con más urgencia. Efectivamente, el equipo de Julen Lopetegi ha prolongado su buena racha –doce victorias en quince jornadas con la de hoy–, a costa de un rival que se encuentra en una dinámica totalmente opuesta: desde que rompiera la maldición de Ipurua imponiéndose al Granada en el primer partido del año, el equipo armero no ha vuelto a levantar cabeza y apenas ha podido sumar un punto, el de la semana pasada en Vigo, en cuatro jornadas.

La consecuencia es evidente. El Eibar está a un paso del precipicio y se queda sin margen de maniobra en puertas del tramo más determinante de la temporada. Viendo la situación y, por muy poco que le guste el término a José Luis Mendilibar, no es exagerado decir que los azulgranas afrontan cinco finales en las cinco próximas jornadas, que le enfrentarán a Osasuna, Valladolid, Elche, Huesca y Cádiz.

Como las desgracias nunca vienen solas, la tercera derrota de este 2021 ha venido acompañada por la lesión de Marko Dmitrovic. El serbio, que ya se había ido a vestuarios en el descanso con problemas en la rodilla izquierda tras chocar con En-Nesyri, ha acabado dejando su lugar a Yoel en el minuto sesenta. La preocupación es relativa porque el gallego, que acaba de renovar su contrato, siempre ha rendido a gran nivel en la portería armera, pero no cabe duda de que Dmitrovic es uno de los grandes baluartes de este Eibar. A cambio, ha habido al menos una buena noticia: la entrada al campo en la recta final de Correa, de baja desde que se lesionara en la primera mitad del derbi de Anoeta, el pasado 13 de diciembre.

El partido ha empezado poco más o menos como cabía prever. Con algunos cambios en el once local –han entrado Arbilla, Diop e Inui por Soares, Recio y Sergio, con vuelta al dibujo con doble punta– y el Eibar apretando en campo contrario, con especial protagonismo para Bryan y Muto.

Penalti sí, penalti no

Sin embargo, y pese a que ha perdido a Acuña por lesión a las primeras de cambio, el Sevilla no ha tardado demasiado en acomodarse y en dos llegadas ha dado susto y golpe, con cierta colaboración de la zaga local. Recién cumplido el cuarto de hora, En-Nesyri se iba de la defensa en una jugada de estrategia y Dmitrovic despejaba el balón pero también derribaba al delantero. Penalti, revisión del VAR y marcha atrás del colegiado, para alivio local. Lamentablemente, diez minutos después ha sucedido justo lo contrario. Patada de Bigas a En-Nesyri, involuntaria pero clara, que el árbitro no ha visto en primera instancia pero que, tras consultar el vídeo, se ha confirmado penalti. Ocampos no ha perdonado y, a veinte minutos del descanso, el Eibar se ha visto por detrás en el marcador.

Los locales se han mantenido fieles a su plan inicial. Y no les ha ido mal. Por lo menos han generado peligro –aunque fuera de manera bastante desequilibrada, con Bryan omnipresente e Inui totalmente desaparecido–, se lo han evitado a su portero y han tenido ocasiones suficientes, en número y claridad, como para anular la ventaja sevillista. Pero ha faltado acierto.

No ha empezado con tan buena pinta el segundo tiempo. El Sevilla, que también ha perdido a su otro lateral, Navas, se veía cómodo con la ventaja y sobre el verde. Mendilibar ha intentado presionar a Rekik con a entrada de Pedro León por Inui pero el partido ha acabado de torcerse sin tiempo a ver si el técnico había acertado. A los diez minutos de la reanudación, Jordán ha rematado a bocajarro una buena acción de Suso y Aleix Vidal para anotar el 0-2. Una llegada y un golpe, éste definitivo, para envidia de los locales.

El Eibar no ha arrojado la toalla y, aunque le ha costado unos cuantos minutos venirse arriba de nuevo, ha tenido un par de muy buenas ocasiones –un remate a bocajarro de Pedro León y un cabezazo en el descuento de Kike García que han exigido la buena respuesta de Bono– para recortar distancias pero no estaba el Sevilla por la labor de dejarse puntos que sabía suyos.

Las estadísticas del partido se pueden consultar en la página especial de NAIZ.