Con la victoria del Levante al Atlético de Madrid, con la que le arrebataba también la tercera plaza, la Primera femenina ha llegado a su ecuador. Casi de tapadilllo porque la primera vuelta terminó, que no se completó, en medio de una semana con triple jornada y, sobre todo, porque buena parte de los titulares se los lleva el que está siendo el protagonista, previsible, de la temporada: el coronavirus.
Los aplazamientos, en realidad, que no se han debido exclusivamente al covid-19. El arranque de temporada tardío del Rayo o la tormenta «Filomena» también han puesto su granito de arena para embrollar tanto la competición, que cada vez parece más complicado que pueda no ya disputarse al completo, sino finalizar sin atisbo de adulteración.
Para que la temporada sea válida y haya, por lo tanto, campeón, descensos y reparto de plazas europeas, debe disputarse al menos el 50%; 153 partidos. A la conclusión de la 17ª jornada, incuyendo los aplazados que se han disputado con posterioridad a su fecha, se han jugado 137, con lo que aún faltarían 16. Además, entre los equipos con más y menos partidos disputados, debería haber una diferencia máxima del 20% de partidos –algo que ahora mismo no se da–; y a partir de ahí, la clasificación definitiva se decidiría por coeficientes.
Hasta ahora se han aplazado 29 partidos –a los que habrá que añadir los tres correspondientes a la 18ª jornada, que se disputa entre hoy y mañana–, de los que trece ya se han jugado, seis tienen fecha adjudicada y el resto sigue en el aire. El Sevilla es el único equipo que está al día y el Barcelona es el más afectado –lo que empieza a alentar las teorías de la conspiración–. No solo porque lleva cinco partidos de 'retraso', sino porque su calendario es también el más apretado, con la final de Copa del pasado año, las eliminatorias coperas de esta temporada y, como mínimo, una eliminatoria a doble partido de Champions.
Aunque lo más preocupante es que si la temporada concluye recurriendo al coeficiente por no haberse podido jugar todos los partidos, unos cuantos equipos partirán con la ventaja de no haberse enfrentado –y, visto lo visto, perdido– a las culés. Equipos que pelean por la permanencia –Eibar, Athletic– o por Europa –Levante, aunque este partido está previsto que se dispute el próximo miércoles, Madrid y Granadilla–, con el perjuicio que acarrearía a sus rivales, que sí se han enfrentado, y perdido, al vigente campeón.
La pelea por Europa
Lo más llamativo es que el Barcelona lidera la clasificación pese a ser el equipo que menos partidos ha jugado. Solo 12 de 17, pero todos los ha saldado con victoria. Es también, por cierto, el único equipo que no se ha reforzado esta temporada. Hasta sobran dedos de una mano para contar los partidos que le han marcado, apenas dos. El 'honor' fue para Real y Deportivo aunque a ninguno de los dos equipos les sirviera para sumar algún punto. El equipo de Lluis Cortés está, sin duda, a otro nivel; a uno en el que los objetivos se miden en clave europea, concretamente.
Ni siquiera el Real Madrid, que ha convertido su puñado de estrellas en un equipo, puede discutirle. Solo marcha dos puntos por debajo –y se enfrentan mañana, con lo que podía superarle– y en su único duelo directo cayó con polémica. Pero ha disputado tres partidos más, con lo que su pelea, más allá de la honrilla en juego mañana, pasa por asegurar una de las otras dos plazas europeas, que cuentan con un número amplísimo de aspirantes. Levante, Atlético, Madrid… y la Real.
La Real, notable
El equipo donostiarra está haciendo buenas las previsiones. El acierto con los fichajes y el nuevo paso adelante de las jugadoras que ya estaban en Zubieta, unidos a la buena conexión de Natalia Arroyo con sus futbolistas, permiten que la Real encare la segunda vuelta con sus esperanzas de volar a Europa casi intactas. Aunque necesitará algo más de acierto de cara a gol y, sobre todo, superar sus partidos con los 'grandes' para saltar los tres peldaños que le separan de la Champions.
Pero de momento, la primera vuelta ya deja buenas noticias: un equipo competitivo, metido en la pelea a la que aspiraba; el crecimiento de Nerea Eizagirre, una de las grandes protagonistas de la Liga en estos primeros meses; o la continuidad de Nahikari, que podría ir incluso más allá del próximo 30 de junio.
El Eibar, sobresaliente
Si la temporada de la Real es notable, la del Eibar es sobresaliente. Recién ascendido, no solo se ha mantenido siempre fuera del descenso, su gran objetivo, sino que ha ido aumentando su ventaja hasta cerrar la primera vuelta –aunque la clasificación no acabe de reflejar fielmente la realidad– con diez puntos de ventaja sobre el 15º puesto.
Manteniendo buena parte del bloque que logró el ascenso la pasada temporada, al que se han unido promesas con ganas de descubrirse –Llompart, Arola–, alguna jugadora con más experiencia en la categoría –Jujuba–, y una revelación que sin duda marca la diferencia, Thembi, el equipo azulgrana se ha mostrado muy competitivo desde que arrancó el curso, hasta en los partidos que ha perdido. Tanto, que incluso podría clasificarse todavía para la Copa.
Erika, en una imagen del Athletic-Madrid del pasado 5 de noviembre, última victoria de las rojiblancas. (Monika Del Valle/Foku)
El Athletic, suspenso
Lamentablemente, la primera vuelta también se salda con un suspenso en el fútbol vasco. El de un Athletic al que se le está atragantando el año de transición forzosa tras la marcha de tres jugadoras básicas en el equipo –Damaris Egurrola, Maite Oroz y, retirada, Ainhoa Tirapu–, que se unieron a la lesión de larga duración de Ane Azkona y la marcha de Amaiur Sarriegi, máxima realizadora del filial a la que se esperaba con los brazos abiertos más aún tras la lesión de Azkona.
Por primera vez en su historia, el club ha cesado a su entrenador, un Ángel Villacampa que había renovado en verano, para, también por primera vez, sentar a una mujer en el banquillo. Iraia Iturregi, histórica como futbolista rojiblanca, tiene ahora la responsabilidad de salvar a un equipo desmoralizado, que ha llegado al ecuador liguero a solo cuatro puntos del descenso.
Sorpresas y chascos
Precisamente en descenso está el Betis, sin duda el gran chasco de esta primera vuelta. También ha habido relevo en el banquillo del equipo verdiblanco –se marchó Cherubino, llegó Amorós–, que en verano creaba mucha expectación con los fichajes de Altuve, Mari Paz y, sobre todo, Ángela Sosa pero que apenas ha logrado un par de victorias en toda la temporada y, cada vez más alejado de la salvación, es un claro candidato al descenso.
Como el Deportivo, farolillo rojo con los mismos puntos que el Betis aunque dos partidos menos, al que le está costando horrores hacer frente a la marcha de muchas de las jugadoras que la temporada pasada le convirtieron en el equipo revelación.
Todo lo contrario sucede con Granadilla y Madrid. Dos equipo siempre competitivos pero que este año parecen dar un paso adelante. Las tinerfeñas, de hecho, han comandado la clasificación durante muchas jornadas y solo ahora han perdido algo de comba. Con el equipo madrileño ha sucedido lo contrario; tras un arranque más dubitativo, complicado por los positivos que le llevaron a aplazar varios partidos, ha cogido carrerilla y es quinto, a solo tres puntos de la Champions.
Punto y aparte merece esta temporada el caso del Rayo. En unas condiciones de trabajo lamentables, denunciadas por la plantilla en varias ocasiones, el equipo madrileño superó un complicadísimo inicio de Liga para ir alejándose del descenso, del que ahora le separan cuatro puntos, pese a que aún debe disputar dos partidos para dar la primera vuelta por disputada.