Natxo Matxin
Redactor especializado en deporte. Osasuna

Osasuna carece de la pegada que sí muestra Borja Iglesias, otra vez verdugo (1-0)

A Osasuna le ha faltado acierto –lo más importante en el fútbol profesional– en el Villamarín y, como suele ocurrir en estos casos, lo ha acabado pagando en el tramo final, con un gol en el minuto 80 de Borja Iglesias, que también anotó en el partido de la primera vuelta.

Calleri prepara un disparo ante Joel Robles. (LA OTRA FOTO)
Calleri prepara un disparo ante Joel Robles. (LA OTRA FOTO)

Osasuna se vuelve de vacío del estadio bético, sencillamente porque ha marrado todo lo que ha generado y su rival ha sido mucho más efectivo cuando ha dispuesto de oportunidades en el tramo final del encuentro.

Una vez más, la máxima que dice que «el que la falla, la paga» se ha cumplido y es que a este nivel de exigencia la pegada es lo que marca la diferencia. La escuadra navarra ha firmado un partido más que decente, cumpliendo con el plan establecido, pero de nuevo, como ya ocurriese en el envite de la primera vuelta, Borja Iglesias ha sido el verdugo de los rojillos.

En la única ocasión en la que los visitantes han sido incapaces de despejar un balón directo ha conseguido el Betis armar la jugada del 1-0, con participación activa del "Panda" y de Tello, los dos cambios aplicados por Pellegrini para reactivar a su equipo en ataque.

Hasta ese fatídico minuto 80, ha sido el guardameta local, Joel Robles, el que ha sostenido a los suyos. Hasta en tres ocasiones le ha negado el gol a Calleri, que ha batallado lo inimaginable, pero al que le ha faltado esa pizca de acierto para superar al cancerbero madrileño.

No solo el delantero argentino ha tenido en sus botas el 0-1, también Rubén García ha fallado un cabezazo al inicio de la segunda mitad e incluso ya con el electrónico desfavorable, tanto Gallego como Adrián han dispuesto de otros dos testarazos que no han encontrado portería.

Aunque el resultado final es el que cuenta y Osasuna ha desaprovechado una magnífica oportunidad de poner cierta tierra de por medio con el descenso, del mismo modo hay que reseñar los brotes verdes que ha mostrado la escuadra navarra, mucho más ambiciosa y agresiva con el balón, algo que había solicitado su técnico en la previa.

Sus pupilos se han manejado de forma mucho más convincente con la pelota, han llegado con criterio al área verdiblanca y han frenado a los futbolistas de calidad béticos intercalando presión arriba con una línea defensiva en bloque bajo.

Sí es cierto que el equipo ha ido acusando el cansancio y que, en esta ocasión, los cambios del preparador de Berriatua no han ejercido el efecto esperado. Osasuna se ha metido bastante más atrás en el último cuarto de hora y eso ha facilitado la triangulación local y, a la postre, una derrota que escuece, pero de la que hay que aprender.

Sería del género necio no reconocer que lo que ahora mismo necesita Osasuna son puntos, sea como sea, pero también hay que aplaudir que el cuadro rojillo está ofreciendo signos de recuperación que acabarán convirtiéndose en victorias.

Arrasate: «Derrota injusta»

Arrasate ha tildado de «derrota injusta» el resultado obtenido en el Villamarín, lo que le deja todavía «más fastidiado», después de que los suyos hayan «hecho un gran partido, jugando para sumar».

Insistiendo en ello, se ha mostrado «satisfecho» por el rendimiento de sus jugadores durante un partido en el que se puede «rescatar casi todo, menos el resultado y algún error puntual». «La primera hora ha sido muy buena», ha resaltado, si bien ha admitido que «ellos han mejorado con los cambios».

Tras perder «una oportunidad buenísima», la exigencia clasificatoria a la que está sometido ahora mismo el equipo impide que haya que centrarse en lamentaciones, pues «nos tenemos que levantar para pensar ya en el próximo partido», que será el derbi contra el Eibar en El Sadar este próximo domingo a las 18.30.

Todas las estadísticas del partido en este enlace.