Con apenas 126 minutos disputados en el Athletic, Iñigo Córdoba decidió en este pasado mercado invernal salir a préstamo en dirección a Gasteiz para buscar en el Alavés las oportunidades que no tenía con la escuadra rojiblanca.
«Aquí confiaban en mí, han apostado por mí y me ofrecían lo que estaba buscando», ha argumentado el bilbotarra, quien ha admitido que «no se acaba el mundo por salir de Bilbo» y que, entre sus retos, está «demostrar al Athletic» que tiene nivel para jugar en Primera.
Córdoba ha catalogado al Glorioso como «un club con mucha historia y nombre» y ha asegurado que está «encantado» de recalar en él para lo que resta de campaña, donde «intentaré aportar todo lo posible».
Ha desvelado que antes de hacer las maletas habló con Ibai Gómez, un caso muy similar al suyo, y que solo le dijo «buenas palabras» sobre la ciudad y el club. «Ojalá pueda hacerlo igual de bien que él», ha deseado.
En cuanto a la actual situación del Alavés, Córdoba ha valorado que el vestuario albiazul está «muy implicado, en buena dinámica y trabajando bien», a la par que ha subrayado la «solidez defensiva» que el equipo está mostrando en sus últimos compromisos.
El vizcaino, que lucirá el dorsal 17 –número vacante después de la marcha de Adrián Marín–, peleará por el puesto con Luis Rioja, algo que le parece positivo. «Para que un equipo funcione hace falta competencia dura y sana», ha señalado al respecto.
El futbolista vasco ha estado acompañado en su presentación por el director deportivo del Alavés, Sergio Fernández, quien ha resaltado su capacidad de adaptación. «Desde el minuto uno parece que lleva aquí toda la vida», ha comentado sobre un jugador que generará «recursos, competencia y alternativas».
Fernández ha sido interpelado sobre las relaciones institucionales entre Alavés y Athletic, manifestando que desde que él está en Gasteiz lo único que ha encontrado ha sido «colaboración y entendimiento, así como ayuda y comprensión».