Arnaitz Gorriti

Saski Baskonia no puede fallar en la cancha de un Khimki en descomposición

La escuadra rusa es el farolillo rojo de la Euroliga con un balance de 2-21, luego de encadenar 15 derrotas seguidas. Además, ha perdido a Jerebko y Monroe a cuenta de sus problemas financieros, y hasta ha cambiado a Kurtinaitis en el banquillo. Precisamente por ello, nadie se fía de los moscovitas.

Con la Euroliga perdida y sus arcas vacías, el Khimki puede ser lo mismo una bicoca que una fiera impredecible. (Raúl BOGAJO / FOKU)
Con la Euroliga perdida y sus arcas vacías, el Khimki puede ser lo mismo una bicoca que una fiera impredecible. (Raúl BOGAJO / FOKU)

La Copa terminó y el baloncesto masculino de élite se divide ahora entre las Ventanas FIBA y la Euroliga. En las Ventanas cabe destacar que el donostiarra Darío Brizuela y el getxoztarra Xabi López-Arostegi acompañarán a la selección española en su cita en Polonia àra jugar ante la selección local y la de Israel, una cita con poca historia, ya que las plazas para el Eurobasket de 2022 ya están repartidas, al menos en ese grupo. Y en lo que respecta a la Euroliga, TD Systems Baskonia visita este jueves a partir de las 18.00 la cancha del Khimki, colista de la competición europea con solo dos victorias en su haber y que vive una horrorosa desbandada a cuenta de lo mucho que al parecer adeuda a sus jugadores.

De hecho, figuras apetecibles como Jonas Jerebko o Greg Monroe –aunque este último tiene poco de apetecible, viendo su rendimiento en Múnich y en la «Región de Moscú»– han pedido el finiquito y el equipo moscovita se ha tenido que «rusificar» para salir del apuro. Hasta Rimas Kurtinaitis, inasequible al desaliento que ha de producir desperdiciar un año tras otro intentando hacer funcionar un equipo ideado para reventar desde adentro, ha aguantado el envite y al final tuvo que ser cesado, siendo Andrei Maltsev el técnico encargado  de recoger los restos mortales de este equipo y volverlo reconocible o, casi mejor, competitivo.

Porque reconocible sí que es, y lo seguirá siendo mientras Alexey Shved pulule por allá. El escolta ruso sigue siendo el mismo talento superlativo que desperdicia años y partidos a la hora de hacer funcionar al Khimki, con compañeros de fatigas que empiezan a tener un cartel francamente sospechoso como viene siendo el exbaskonista Janis Timma o el ex del Real Madrid Jordan Mickey, o el ex de Bilbao Basket Dairis Bertans.

Ante todo ello y el balance de 2-21 del Khimki, con 15 derrotas consecutivas, TD Systems Baskonia debe hacerse valer, aunque llevar antiácido encima nunca de está de más, no vaya a atragantarse con este rival en descomposición.

Por si acaso, Dusko Ivanovic, leal a sí mismo –y con experiencia en el banquillo moscovita–, sigue sin fiarse lo más mínimo. «Como todavía tenemos opciones de meternos en el Top 8 de la Euroliga, el partido frente al Khimki es nuestra primera posibilidad. el Khimki era un equipo con muchos extranjeros, muy caro, todos ellos estrellas, pero ahora es otro equipo; juegan con Shved como única estrella y están jugando mejor, luchan más y son más peligrosos», ha advertido el preparador montenegrino antes de volar hacia tierras rusas.

Pero como la cabra tira al monte, Ivanovic es consciente de que «todo el juego sigue erigido alrededor de Shved. Él mete, crea y lo da todo en ataque, mientras que otros jugadores –Ponkrashov o Monia, por ejemplo– tienen  experiencia y ahora es´tan luchando bien», ha subrayado.

A dos victorias de la séptima posición, Saski Baskonia ocupa la undécima plaza de la Euroliga con un balance de 11-13. Haber ganado a Zalgiris y, sobre todo, al Real Madrid a domicilio, ha revitalizado un tanto las opciones gasteiztarras de cara a volver a colarse entre los ocho primeros de Europa. Pero precisamente por ello, Dusko Ivanovic se ha mostrado cauteloso.

«Debemos volver a jugar como justo antes de la Copa: agresivos en defensa, mucho más que en el último partido –ante el Barça– para poder correr y obtener canastas fáciles. De otro modo, habrá que aprovechar todas aquellas ventajas que podamos tener», ha dicho el técnico montenegrino.

En los márgenes del error

Hay ocho equipos que suman entre los 10 y los 13 triunfos. Desde el decimocuarto clasificado, Asvel Villeurbanne, al séptimo, Zenit San Petersburgo, hay solo tres triunfos de diferencia. Todavía resta una segunda vuelta casi entera y aún hay margen para el error, pero conforme se acumulan errores, el margen se estrecha. En ese sentido, Alec Peters se muestra ambicioso por jugar «cada partido que resta como si fuera el último».

«Si queremos tener opciones de entrar en el playoff, debemos jugar cada partido como si fuera una final. Ya no nos queda tiempo para encadenar dos o tres derrotas, sino que debemos empezar a ganar empezando por este mismo partido», ha dicho el de Illinois.

Y en ese sentido, ha sorprendido la capacidad de autocrítica de Peters, a la hora de evaluar también al Khimki. «Da igual que vaya el último; como si fuera el primero. En la Euroliga todo el mundo es vulnerable, especialmente nosotros. De hecho, nosotros hemos perdido ante equipos que están por debajo de nosotros en la tabla mientras que hemos ganado a otros que están por encima. Si no lo damos todo, cualquiera nos puede ganar, pero tengo la esperanza y la confianza de que lo demos todo y ganemos», ha explicado.

En esa petición por mantenerse concentrados, Peters ha subrayado la necesidad de «parar a los tiradores» del Khimki. «Frenar a los Shved o McCollum por fuera o Jordan Mickey por dentro será nuestro principal deber».

Con Pierria Henry

Zoran Dragic seguirá jugando aunque una luxación en un dedo de su mano derecha lo trae por la calle de la amargura desde el pasado 20 de diciembre. Con todo, la plantilla gasteiztarra ha viajado al completo a tierras rusas, incluyendo un Pierria Henry que en principio debía disputar al menos un partido con la selección de Senegal para así poder hacerse con el pasaporte del mentado país africano y no constar en adelante como jugador extracomunitario.

Por el momento, empero, el de Virginia seguirá con la expedición gasteiztarra y, visto lo visto, no estará de más su presencia y su efervescente capacidad de liderazgo. Después de unos pocos partidos algo más lánguido, su último mes está siendo espectacular con el corolario de su gran actuación en la Copa, a pesar de no haber podido superar las semifinales. Su actuación individual ha sido espectacular, dejando además en la retina un mate tremebundo en el partido de cuartos de final ante la Penya para cerrar un primer cuarto inmejorable.