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Glaciares y habitantes del Himalaya, amenazados por autopistas e hidroeléctricas

Una repentina riada el pasado 7 de febrero ha dejado, al menos, 62 muertos en el estado indio de Uttarakhand, en el Himalaya. Los investigadores han puesto el foco en el deshielo y, sobre todo, en las nuevas autopistas y las más de 75 hidroeléctricas que operan en el lugar.

La Policía de India ha cifrado este viernes en 62 el número de cuerpos recuperados hasta el momento tras la riada del 7 de febrero en el estado indio de Uttarakhand, situado en el norte del país.

Antes de la inundación repentina de agua y lodo, el campesino Kundan Singh Rana, de 43 años, denunciaba que todas las obras realizadas en esta frágil región terminarían en desastre. «Los ríos, las montañas y los árboles son como nuestros dioses, y cada sacrilegio tiene consecuencias», explicaba a la agencia AFP.

El fenómeno se atribuyó inicialmente a la ruptura de un glaciar himalayo, pero se prevén otras hipótesis, entre ellas la formación de un lago debido al derretimiento de un glaciar, cuyas orillas habrían cedido. Los científicos coinciden en que es «la actividad humana» la responsable de este desastre.

La hipótesis más probable en la que trabajan sería la rotura de un trozo de glaciar de más de 1,5 km de longitud y unos 300 m de ancho que, al romperse, también se llevó una parte de las rocas a las que estaba sujeto. Todo esto formó una represa sobre un río en las montañas, hasta que la presión del agua acumulada terminó por perforarla y vertió una enorme masa de agua, rocas y barro en el valle, arrasando en su paso casas, carreteras, puentes y a más de 200 personas.

«Es claramente una consecuencia del cambio climático, y una advertencia de lo que nos espera en el futuro», advierte H.C. Nainwal, uno de los especialistas de los glaciares que estudian lo sucedido, a AFP.

En la parte india del Himalaya, unos 10.000 glaciares se están derritiendo poco a poco, retrocediendo de 30 a 60 metros por década. Este derretimiento a veces forma lagos que terminan por arrastrar sus orillas y desembocar en los valles.

Además del deshielo, las explosiones de dinamita utilizadas para las grandes obras en la región han podido afectar. Carreteras que conectan con China, ampliadas para que el ejército indio pueda llegar más fácilmente desde los enfrentamientos del año pasado, una autopista de 800 km que une cuatro importantes lugares religiosos y, sobre todo, la construcción de centrales hidroeléctricas en muchos ríos del Himalaya.

Más de 75 pequeños y grandes proyectos están en funcionamiento en Uttarakhand, y otras decenas están planeados. Aquí, en 2013, otra inundación repentina causó 6.000 víctimas mortales. La justicia india nombró entonces un comité científico encargado de examinar las causas del desastre. Este llegó a la conclusión de que la región no podía acoger sin peligro más centrales hidroeléctricas y recomendó el cese de toda construcción. Sin embargo, la situación no ha cambiado.