La Ertzaintza ha cargado a primera hora de este martes contra los trabajadores de Tubacex en huelga indefinida contra los despidos, que han realizado una sentada para tratar de bloquear la entrada a la planta de Laudio. Ha habido dos detenidos y seis identificados y, según el sindicato ESAN, quince ertzainas heridos. Ante esta situación, echan de menos poder utilizar pelotas de goma como hacían antes de la muerte de Iñigo Cabacas, fallecido por haber recibido uno de esos disparos en su cabeza.
El sindicato recuerda que tras aquella muerte «los patrones y formas de trabajo que habíamos empleado durante años se vieron alterados», a su entender y «una vez más», cuyo «único fin» fue «dar una respuesta mediática rápida y poco estudiada ante la desgracia».
ESAN asegura que «dieron ejemplo» asumiendo aquel cambio, pero añaden que «la desestimación del uso de pelotas de goma y escopetas en las tareas de antidisturbios ha dejado a la vista las costuras de la Ertzaintza en lo que a falta de recursos se refiere». Aseguran que «pretender resolver incidentes de inusitada violencia sin emplear métodos contundentes y sin un número adecuado de personal, no solo es una temeridad, es un imposible».
Según escribe ESAN en su comunicado, «no se puede mandar a 24 agentes a controlar a 300 personas armadas con palos, piedras y botellas pretendiendo que su labor de contención pase por ser golpeados y pateados en el suelo con la única esperanza de que aguanten sus defensas y no resulten heridos». A su entender, «la imitación de modelos basados en la contención pasa por el empleo de un número suficiente de ertzainak».
ESAN afirma que en 2012 fue «impopular» al defender la vigencia de los métodos empleados hasta la muerte de Iñigo Cabacas, mientras que «el consejero del momento, Rodolfo Ares, se escondía tras acuerdos de despacho que le garantizaban inmunidad política»