El rey emérito español ha presentado una declaración ante la Agencia Tributaria por ocho millones de euros en concepto de vuelos de una compañía de jet privados pagados hasta el 2018 por la fundación Zagatka, propiedad de Alvaro de Orleans, según ‘El País’. Regalos no declarados a Hacienda, por supuesto.
Ello supone una admisión de irregularidades fiscales y sobre todo un intento de sacudirse responsabilidades judiciales, todo ello desde su refugio en Emiratos Arabes Unidos. Habría pagado unos cuatro millones de euros por ello, «voluntariamente» remarcan los medios afines.
Juan Carlos de Borbón ya presentó una declaración ante la Agencia Tributaria para regularizar su situación fiscal el pasado mes de diciembre, esta vez en relación al uso de tarjetas bancarias con fondos opacos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, que está siendo investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo. Y todo ocurre casi una década después de que, tras el escándalo de la cacería de Bostwana que empezó a cambiar su imagen, el emérito entonara el «lo siento, no volverá a ocurrir». La Casa Real, por su parte, deja claro que no hará valoraciones sobre este hecho.
En el Gobierno español
La maniobra será aceptada por la Agencia Tributaria, pero parece haber tenido mejor acogida en el ámbito periodístico que en el político. La más comprensiva ha sido la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, para quien este abono no es una «buena noticia» pero muestra «rigor» del Estado con «quien puede estar incumpliendo sus obligaciones».
En una entrevista en Canal Sur Radio, Calvo ha dicho que da «ejemplo de un país que funciona y exige cuentas a todo el mundo». «Y tiene que exigir por igual, porque nuestro país es una democracia con un Estado de derecho riguroso en que nadie se puede saltar la ley», ha añadido.
El vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha criticado por contra a quienes aplauden al rey emérito: «La pregunta no debería ser por qué nosotros no aplaudimos ciertas cosas, sino por qué aplauden los demás».
Para el líder de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, «quizás durante años se aplaudió tanto y de manera tan cortesana que luego sólo había ceguera voluntaria ante lo que sucedía».
EH Bildu: «Intento de blanqueo»
Mucho más tajante es la opinión de EH Bildu. Para el diputado Oskar Matute, al contrario de lo que percibe Calvo, lo que se prueba es que «para esto Juan Carlos I tampoco es igual, es intocable. Se trata de un nuevo intento de blanqueo, no solo de la institución monárquica, sino también de sus propios fondos».
«Su patriotismo acaba donde empiezan sus intereses económicos. Y los ciudadanos estamos siendo privados de un derecho fundamental: el derecho a la información y a saber la verdad», ha añadido Matute.
Resulta llamativo que incluso en el PP esté apareciendo quien se desmarca un tanto de la maniobra real. Para el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, el rey emérito debería estar en el Estado español y «normalizar» su situación fiscal. Aunque ello no le ha impedido elogiar su papel histórico.