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Itsasmuseum suma un mural cerámico de Daniel Zuloaga a su colección

Representantes de Itsasmuseum de Bilbo han presentado un mural realizado en cerámica por Daniel Zuloaga, que data de 1900, donado por sus actuales propietarios. La obra está compuesta por cuatro escenas con paisajes relacionados con la minería, la industria y el mar.

Presentación del mural de Zuloaga instalado en Itsasmuseum. (Marisol RAMIREZ/FOKU)
Presentación del mural de Zuloaga instalado en Itsasmuseum. (Marisol RAMIREZ/FOKU)

La presidenta de Itsasmuseum y diputada foral de Euskera, Cultura y Deporte, Lorea Bilbao, el director de Itsasmuseum, Jon Ruigómez, y la Catedrática en Historia del Arte e investigadora Maite Paliza, han presentado este lunes un mural cerámico de Daniel Zuloaga cuando en que se cumplen 100 años de la muerte del artista.

La obra, que data de 1900, fue realizada durante la etapa más importante de la trayectoria artística de Zuloaga y podrá contemplarse en la exposición permanente gracias al exhaustivo trabajo de investigación llevado a cabo por la experta en el artista, Maite Paliza, y la generosa donación de sus actuales propietarios, Goizane Bengoetxea y Jon Corell, presentes en la presentación.

La integración de esta importante obra de Daniel Zuloaga, no sólo aporta una pieza de gran valor artístico e histórico, sino que también, permite profundizar en el discurso del museo. El trabajo de desmontaje, su traslado desde Lezama a Bilbao y la posterior instalación ha sido cuidadosamente gestionado por Equipo 7 empresa especializada en restauración y montaje de exposiciones, para garantizar la seguridad de una pieza especialmente delicada.

Obra dedicada a la industria vizcaina

El «Mural decorativo para el vestíbulo de la antigua residencia de Tomás Allende en Bilbao» es una de las obras más relevantes del ceramista Daniel Zuluaga, autor de la ornamentación de algunos edificios representativos en Euskal Herria como la Diputación de Gipuzkoa y el antiguo Casino de Donostia, así como el Palacio Velázquez y el Palacio de Cristal en Madrid.

La obra original contaba con 54 metros, 25 recuadros y ocho escenas, aunque únicamente se han conservado 20 metros y cuatro escenas, enmarcadas por cenefas de motivos vegetales y pilastras de sirenas, tallos y flores, con sus correspondientes zócalos y pilastras, gracias a que Daniel Errazu, propietario de la vivienda en la década de 1960, decidió, antes de que ésta fuera derribada, desmontar, proteger y colocar de nuevo esta pieza en una nueva vivienda que se estaba construyendo en Lezama.

La técnica empleada en la obra, según la historiadora Maite Paliza, fueron la cerámica de arista y la pintura sobre cubierta estannífera. En cuanto a su temática, la composición representa, de forma realista, paisajes vinculados a la industria y la minería, principales áreas de la actividad empresarial Tomas Allende.

Las cuatro escenas del mural recogen: una figura femenina ante una explotación minera a cielo abierto; el transportador de mineral Rive de Cier La Rochelle con varias vagonetas, posteriormente renombrado Iparraguirre y hundido por un submarino alemán en 1917 durante la Primera Guerra Mundial y de fondo una explotación a cielo abierto; un pequeño puerto con cargadero de mineral, varios buques y operarios acarreando cestos de mercancía; y por último, una vista de Altos Hornos de Bizkaia desde la ría, a cuyo consejo de administración perteneció el promotor del mural, Tomás Allende.