Nueva decepción de la Juventus en la Champions, que no ha podido con un Oporto que ha jugado con un futbolista menos –expulsión por doble amarilla de Mehdi– durante más de una hora y que ha logrado su épico pase gracias a un gol de falta de Oliveira en el minuto 115.

Ha sido un choque de intensas emociones, en el que los portugueses se lo han merecido por su enorme sacrificio y porque han sido mejores a doble partido. De hecho, han conseguido adelantarse en el marcador en el minuto 19 con un penalti materializado por el decisivo Oliveira y poner la eliminatoria provisionalmente muy de su lado.

La Vecchia Signora solo ha podido reaccionar en la segunda parte, gracias al buen hacer de un Federico Chiesa –fichado este verano a la Fiorentina por 40 millones– por el costado izquierdo. El hijo del internacional Enrico ha firmado un doblete para igualar el resultado de la ida y ha tenido en sus botas el hat-trick en el 82, pero la rápida salida de Marchesin lo ha impedido.

El encuentro ha ido camino de una alocada prórroga en la que todavía se han visto dos dianas más y todo un cúmulo de agitaciones ante la imposibilidad de saber hacia dónde caería el pase definitivo. Así, al ya citado segundo gol que parecía definitivo de Oliveira le ha sucedido inmediatamente el 3-2, obra de Rabiot tras cabezazo a salida de un corner.

La Juventus ha dispuesto de hasta seis minutos largos, descuento incluido, para intentar el cuarto que le daba la eliminatoria, pero la defensa del Oporto –el veterano Pepe ha sido un coloso– ha impedido a la heróica que los anfitriones lograsen su objetivo.

La etapa de Pirlo en el banquillo sufre su primer sonoro batacazo, al caer en un torneo en el que se habían puestos serias esperanzas, habida cuenta de su mala situación liguera. Mientras tanto, el Oporto protagoniza la gran sorpresa en lo que se lleva de Champions y se planta en cuartos con total merecimiento.

Estadísticas del Juventus-Oporto (3-2).

Por su parte, el Borussia Dortmund ha dejado en la cuneta al Sevilla, gracias al letal acierto de un Haaland al que se lo van a rifar los clubes europeos más importantes en el próximo mercado veraniego. El delantero noruego ha anotado los dos goles –uno de penalti, con repetición incluida– que le han puesto muy cuesta arriba la eliminatoria a los de Lopetegi, que no se han rendido en ningún momento.

De hecho, el cuadro hispalense lo ha peleado hasta el último segundo, llegando a empatar a dos por otro doblete de En-Nesyri –también ha anotado una pena máxima–, quien ha anotado el segundo en el 96 y ha dispuesto de un minuto por delante en el que ha tenido un balón dentro del área que ha pasado por varios jugadores sevillistas sin que nadie se haya atrevido a disparar a puerta.

Como cabía esperar, los de Julen Lopetegi han llevado la iniciativa del choque, necesitados de marcar cuanto antes y han tenido en sus botas varias ocasiones para hacerlo durante una primera media hora en la que han sido dueños del envite.

Sin embargo, les han penalizado enormemente las pérdidas de balón y, de una de ellas en tres cuartos, ha llegado la jugada en la que Reus ha conducido el esférico y se lo ha servido en bandeja al infalible Haaland para que anotase el 1-0 en el minuto 35.

La segunda parte ha acentudado las tendencias y el VAR ha hecho acto de presencia en jugadas rocambolescas. Así, un gol del ariete escandinavo no ha subido al marcador –ha empujado a Fernando para lograrlo–, pero el videoarbitraje ha analizado al alimón un lance anterior en el que Koundé también había desplazado al atacante, pitándose finalmente penalti.

La pena máxima también ha tenido su enjundia. Bono le ha parado el lanzamiento a Haaland y también el posterior rechazo y no ha sido hasta bastante después cuando el VAR ha avisado al trencilla de que el arquero marroquí no estaba pisando la línea antes de ponerse en movimiento el balón.

La repetición desde los once metros sí que ha sido transformada por el noruego, que se ha dirigido a Bono –el guardameta le había dicho algo en el anterior parado– y el gesto ha generado la trifulca entre ambos conjuntos, con los nervios a flor de piel por la tensión del duelo.

Pese al 2-0, el Sevilla ha tenido arrestos para pelear el pase en los últimos veinticinco minutos, igualando el luminoso y poniéndose a una diana de la prórroga, pero el tiempo se le ha acabado sin lograrlo.

Estadísticas del Dortmund-Sevilla (2-2).