Ayuso convoca anticipadas en Madrid tras la traición de Cs en Murcia
El 4 de mayo habrá elecciones autonómicas, ha anunciado la presidenta de la CAM, a pesar de que el PSM y Más Madrid han presentado mociones de censura para evitarlas. «Los madrileños deberán elegir entre el socialismo y la libertad», ha dicho en su comparecencia.
En la capital del Estado, nadie imaginaba esta mañana que sería un miércoles histórico y de máximo frenesí: más temprano, a las redacciones de noticias llegaba novedad del pacto secreto en la región de Murcia entre el PSOE y Ciudadanos, con el aval de Unidas Podemos, para presentar una moción de censura y desbancar al PP del Ejecutivo autonómico. Pocas horas después, la presidenta de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, irrumpía con otra novedad de aún mayor impacto: la convocatoria anticipada de elecciones.
«Me he visto obligada a tomar esta decisión por el bien de Madrid y de España y contra mi voluntad. La decisión de Cs en Murcia y ya en otros ayuntamientos nos lleva a esto», ha dicho Ayuso en una declaración sin aceptar preguntas en la Real Casa de Correos de Puerta del Sol este mediodía, acompañada de sus consejeros y asesores.
La presidenta de la CAM ha dicho que Madrid atraviesa «el momento más duro en democracia» por la pandemia y por la crisis económica y que es momento «de pensar en grande», con un «gobierno estable, que dé soluciones ambiciosas», algo que «en estas circunstancias no se puede asegurar». Para la líder del PP regional, si no tomaba esta decisión, «Cs y el PSOE hubieran hecho lo mismo que en Murcia» y hubiesen «derrocado» el gobierno.
«No puedo consentir que Madrid se pare ahora, que suban los impuestos, que entren a adoctrinar a los colegios y destruyan el tejido empresarial», ha afirmado en lo que fue un guiño a la ultraderecha y un refuerzo de su tono trumpista. «No puedo permitir que Madrid pierda su libertad. Pongo mi cargo a disposición de los madrileños, y que sean ellos los que elijan entre socialismo y libertad», ha enfatizado.
Ayuso ha anunciado que la fecha de las elecciones será el próximo martes 4 de mayo, en el poco frecuente día martes. Pero seguramente esto lo decidirán los tribunales porque a los pocos instantes de haberse conocido que se disuelve la Asamblea, el PSM y Más Madrid han presentado sendas mociones de censura para evitar justamente la convocatoria electoral. El Ejecutivo asegura que las mociones fueron posteriores a la disolución.
Más allá de esto, puede decirse que la arriesgada jugada de Ayuso, que sin duda cuenta con el aval de Pablo Casado (el nexo entre ambos es el número 2 del PP, el murciano Teodoro García-Egea), es una especie de comicios preventivos: atacar primero para no recibir el golpe. ¿La razón? La ley es clara: presentada una moción de censura en la Asamblea de Madrid no se permite una convocatoria a elecciones.
Un alto cargo madrileño que responde a Ciudadanos no salía de su asombro. «Me he enterado al mismo tiempo que tú», responde ante la pregunta de NAIZ. «Estos dos (Ayuso y Casado) han reaccionado después de ver lo de Murcia y han visto que les podía pasar los mismo. Antes de que les convoquen una moción, nos convocan elecciones», reflexiona con la crudeza que requiere la jornada.
El huracán murciano ha llegado pronto a la capital del Estado y la aritmética parlamentaria no ha dado margen a muchas dudas: el reparto de escaños permiten que en la CAM y en Andalucía pueda ocurrir lo mismo que en Murcia. Son las tres comunidades autónomas en donde el PP alcanzó pactos de investidura con Ciudadanos y con Vox (como aliado fuera del Ejecutivo) en 2019. También en el Ayuntamiento de Madrid y en centenares de otros consistorios y diputaciones.
La avidez de Ciudadanos de mostrarse como una posible muleta del PSOE para que no dependa de Unidas Podemos (el sueño del Ibex 35) disparó los rápidos reflejos en Génova. Pero la jugada tiene riesgo alto. Como decía hace instantes a NAIZ una fuente del grupo parlamentario del PP: «Es decisión valiente pero tiene un problema. Si Ayuso en Madrid no suma con Vox, ¿con quién suma? Si no le da la mayoría la suma de PP y Vox, pierde el gobierno». La matemática es implacable.
La disrupción murciana
El conservador Fernando López Miras obtuvo el segundo puesto en las autonómicas de 2019 en Murcia, un escaño menos que el PSOE y casi un empate en votos. Pero gracias a la estrategia dominante en aquel entonces, el Ciudadanos que comandaba Albert Rivera propulsó los acuerdos de derechas que luego acabaron asfixiándolo y provocando el derrumbe naranja a nivel estatal.
Pero a decir de verdad, los gobiernos autonómicos con la coalición PP-Cs y apoyo externo de Vox venían funcionando no tan mal en cuanto a su convivencia. Pero los escándalos en el gobierno murciano por las vacunaciones (se colaron políticos por fuera de la lista oficial de inoculación) y presuntos casos de corrupción en el Ayuntamiento de la capital regional fueron la ventana de oportunidad que vio Cs para exhibir en forma grandilocuente su giro al centro. El PSOE le abrió los brazos y le ofreció a la consejera de Economía actual, Ana Martínez Vidal, la Presidencia, mientras que será para un socialista la Alcaldía de la ciudad de Murcia. Con el aval de UP, que cuenta sólo con dos escaños, el PP perderá el Ejecutivo, que con Vox no suma mayorías en ninguna de las dos órbitas.
Esta disrupción en la estrategia que hay desde 2018 (el debut fue con Andalucía) hizo temblar la meseta castellana. La próximamente cerrada sede de Génova vio el movimiento telúrico que podía dejarla fuera de la CAM y de la Junta andaluza, dos de los tres gobiernos autonómicos más grandes del Estado. En Madrid, donde la izquierda es más fuerte y quedó a sólo a un escaño de la mayoría, la aritmética apremia más. Cs podía caer en la tentación de hacer lo mismo, ya que el vicepresidente Aguado además ha dejado trascender más de una vez sus disidencias con la presidenta.
La historia parecía encaminada a repetirse en versión posmoderna: en 1989, Agustín Rodríguez Sahagún fue electo alcalde de Madrid gracias a una moción pactada por AP y CDS para desalojar al socialista Juan Barranco. El PSM había ganado las elecciones y la derecha, especialmente su líder Fraga, quería hacerse con la capital y para eso cedió el trono a la tercera fuerza en el distrito, los más moderados que respondían a Adolfo Suárez.
Pero con la convocatoria a elecciones se consuma así un proceso de lucha interna encarnizada en las derechas. Cs va a perder escaños sin duda (ni una sola encuesta le otorga buenos augurios) y con ello perderá fuerza negociadora. Pero el PP se arriesga a que le suceda no sumar mayoría con la ultraderecha y perder el Ejecutivo. Si bien en los sondeos que ha habido antes de todo esto los ‘populares’ mejoran con respecto a 2019 y Cs cae, es impredecible.
No puede obviarse el golpe de timón de Arrimadas, que con esto se queda prácticamente en una bifurcación de dos caminos: la extinción definitiva o el resurgimiento fénix al amparo del PSOE y con el aplauso del Palco del Bernabeu. La reacción a la movida de Ayuso no ha gustado: Aguado ha tachado este miércoles a la presidenta de «irresponsable» por romper un acuerdo de forma «unilateral» y ha afirmado que los madrileños «esperaban vacunas y recibieron urnas».
Surge también la incógnita de la izquierda: el PSM busca un nuevo líder, ya que muchos socialistas han dejado trascender la disconformidad con la jefatura de la oposición que ha tenido Angel Gabilondo, quien posiblemente sea el Defensor del Pueblo (se estaba ultimando la negociación). Más Madrid, la formación de Iñigo Errejón, no pasa por su mejor momento con la fuga de ediles suyos en el Ayuntamiento de la capital. Unidas Podemos está desdibujado y es la formación más pequeña en la Asamblea. El viento de la derecha deberá también reorganizar a la izquierda.
Moción de censura también en Castilla y León
Por si fuera poco, a primeras horas de la tarde se ha conocido que el grupo parlamentario socialista en Castilla y León ha registrado una moción de censura contra el gobierno regional que preside Alfonso Fernández Mañueco en coalición con Ciudadanos y apoyo exterior de Vox. El aspirante es el líder socialista Luis Tudanca y busca así taponar una eventual jugada del PP castellanoleonés como la de Ayuso.